Lo que también explica por qué una familia muy pintoresca, de padre, madre e hijos, que pasaba por el lugar y a quien ofrecimos, experimentalmente, pagarle para que se dejara fotografiar, no aceptó la oferta bajo ninguna condición; naturalmente, ¿de qué sirve ganar dinero si se pierde el alma?
La topografía, las vistas, desde que empezamos a andar, siguen magníficas.
Vimos un pueblo en la hondura de una quebrada, cubierto por su contaminación personal, una capa de humo de leña, resultado de docenas y docenas de desayunos preparándose.
Muy lindo ... ¡de lejos!
Realmente, desde que amanecimos, una experiencia múltiple, muy interesante, que nos tiene muy atareados - manejando, mirando, comentando, hablando en el micrófono, sacando fotografías. Muy interesante.
Varias otras anotaciones antes de que nos olvidemos.
Según nos dijo el maestro de la escuela, parece que esta gente no es maya pura sino mezcla de maya y azteca.
Cuando expresamos nuestra sorpresa - él se sorprendió de nuestra sorpresa ya que es bien sabido, según él, que los Aztecas habían llegado no solamente hasta aquí sino hasta Machu Picchu; era la primera vez que escuchamos semejante aserción - sin embargo no más increíble que muchas otras conexiones que, a primera vista, nos habían parecido increíbles pero que, luego, vimos que están aceptadas como ciertas.
Estos Mayas, o Mayas-Aztecas, son gente sumamente tímida; y su manera de caminar está caracterizada por pequeños pasitos rápidos, parece que están siempre al trote.
Mayas, cerca de Zinacantán
Estamos en Zinacantán, donde la gente habla tzotzil - el idioma también de aquellos acopiadores de tamarindos.
Vamos en dirección a San Cristóbal de Las Casas.
San Cristóbal de Las Casas, capital colonial de la zona.
Un aspecto inhabitual del interior de su iglesia de Santo Domingo, de 1560, es el contraste entre las paredes laterales, totalmente decoradas, y de color oro, y la simplicidad ascética de la bóveda de la nave y del altar.
También es curioso el contraste entre esta iglesia y la iglesia de la Virgen de Caridad, su vecina inmediata, porque el interior de esta última presenta un aspecto diametralmente opuesto, todas las paredes, totalmente desnudas e incluso de terminación bastante tosca, pero un retablo por lo menos tan decorado como las paredes laterales de la primera iglesia.