Como íbamos a decir, se ve cada vez más ranchitos de paja, de juncos, para dejar pasar el aire. Muchas veces, los ranchitos y las milpas se encuentran en pendientes tan empinadas que la impresión nos hace pensar que estamos ya en los Andes, o por lo menos en lo que creemos que van a ser los Andes.
Seguimos viaje. Sin posibilidad de micrófono, se entiende.
Estamos en Taxco.
En camino, pasamos otra vez de un estado a otro, del de México al de Guerrero.
También nos detuvimos en la gruta de Cacahuamilpa; tiene formaciones rocosas bastante similares a las formaciones de la gruta de Carlsbad, sobre una distancia de dos kilómetros; parece que hay réplicas de ciertas de sus formaciones en la ciudad de México; veremos a nuestro paso por dicha ciudad, dentro de dos años, si Dios quiere.
La ciudad de Taxco, en teoría y en los folletos turísticos, es una joya colonial - desde los adoquines hasta los campanarios de la iglesia de Santa Prisca; y además es un monumento nacional.
La iglesia de Santa Prisca
Por lo que vimos nosotros, una descripción más adecuada sería un corral para turistas donde éstos están encerrados en tales cantidades que ya ni pueden ver, y menos observar, la razón de su venida a ésta.
Sin la plaga de los turistas, y de los buitres que sacan un sustento de los primeros, el Taxco colonial sería probablemente - por sus calles, por sus edificios, por su ubicación misma en la ladera de una loma - una pequeña joya; pero así como están las cosas, hasta que una pequeña bomba de neutrinos venga a hacer un poco de limpieza, es mejor quedarse en casa que ir a Taxco. Incidentalmente, el interior churrigueresco de la iglesia de Santa Prisca, la que lo domina todo, no sabemos si nos convence - con o sin turistas. Realmente, muy recontracargado.
La palabra Taxco es un ejemplo de un interesante problema de pronunciación de la letra X en México.
Se pronuncia j en palabras como México
Se pronuncia s en palabras como Taxco
Se pronuncia š en palabras como Uxmal (š = sh)
Se pronuncia x en palabras como extremo
Así que estamos en Méjico; acabamos de visitar Tasco, un aprieto extremo de turistas; y visitaremos Ushmal dentro de un par de años, si Dios quiere.
Después de unos 30 ó 40 kilómetros más de las increíbles curvas, de repente estamos corriendo, se podría decir volando, hacia el sur - por una carretera como nunca vimos hasta ahora en México: relativamente recta, si bien las >>>>>>>>