Los Tarascas eran importantes vecinos occidentales del imperio azteca; pero ellos - así como los Zapotecas, al sur del imperio, y los Tlaxcaltecas, en su reducto en el centro mismo del imperio azteca - nunca fueron sometidos por los Aztecas.

De la capital, quedan las ruinas del centro ceremonial, en una loma dominando, de arriba y de lejos, las aguas del lago Pátzcuaro. Naturalmente, de las viviendas de la plebe no queda nada.

Los restos del centro ceremonial están parcialmente reconstruidos y parcialmente en el estado ruinoso original, por lo que ofrecen un interesante caso de "antes y después". El hermoso panorama que dominan debe de ser la envidia de muchos hoteles de turismo.

Las ruinas

Son de grandes dimensiones: la plataforma básica mide aproximadamente 420 metros por 360 metros; en dicha plataforma se encuentra una hilera de cinco yácatas; cada yácata, bastante imponente de por sí.

Una yácata se podría describir como la combinación de una plataforma rectangular, de una plataforma circular vecina y de una calzada de conexión ancha y corta perpendicular entre el círculo y el rectángulo, por la mitad de uno de los costados largos; todo ello, elevado, macizo, con sus costados en encimada de altos andenes, y accesible por una escalinata en la mitad del otro costado largo del rectángulo -  según nos lo plasmó  en un esquicio, por la duda, un ferviente historiador lugareño, por lo cual le quedamos agradecidos.

     Detalle de cada yácata      Plataforma de 420 metros con cinco yácatas 

Durante trabajos de restauración, o mejor dicho de reconstrucción, se encontró una nutrida cantidad de sepulturas, todas, naturalmente, de personajes importantes como caciques y sacerdotes; y parece que se anticipa muchas >>>>>>>>