Después de visitar Pátzcuaro, podemos decir que, como ciudad, es más interesante que Guadalajara porque sus partes coloniales son una mayor porporción de su superficie total, y además conforman un conjunto homogéneo y continuo; mientras que, en Guadalajara, las partes coloniales, muchas veces, dan la impresión de rocas emergiendo de, o mejor dicho ahogándose en, un mar anacrónico.
En Pátzcuaro, el interés no está en edificios individuales sino en la impresión del conjunto - de edificios, de plazoletas, de callejuelas, con una disposición asimétrica que es un placer y un descanso para la vista.
\ Sin embargo, se puede mencionar la basílica de Nuestra Señora de la Salud - no por su exterior, que parece hacer todo lo que puede para no llamar la atención, sino por su interior, especialmente por la anchura de la nave en relación con su largo - parece que alguien se hubiera llevado las dos hileras de pilares internos habituales; por lo tanto, la bóveda también tiene una apariencia inhabitual; y el púlpito se merece una mención por su gran simplicidad, y sin embargo depurada elegancia.
\ También se puede mencionar la Casa de los Once Patios, una gran mansión con un laberinto de patios, pasos, columnatas, escaleras, bastante interesante.
\ Entre las varias plazas y plazoletas, se puede mencionar la Plaza Vasco de Quiroga.
\ Quizás también se merece una mención el púlpito de la primera catedral de Michoacán, por su simplicidad.
Pátzcuaro es un centro de venta de la producción artesanal de los pueblos de la zona; cada pueblo contribuyendo su especialidad, tal como fue instituido, al principio del siglo XVI, por el solitario benefactor de los nativos, cura, luego arzobispo, Vasco de Quiroga. Pero encontramos dicha artesanía sin inspiración.
Una moda local - y es curioso por qué y cómo se establecen modas locales - es que, en todos los letreros de los negocios, siempre hay letras, preferentemente las O, de un tamaño la mitad del tamaño de las demás letras, con amplitud de espacio disponible que no obliga a ello; y que, por otra parte, todas las iniciales, de todas las palabras, están automáticamente pintadas en rojo.
En la feria, entre muchas otras cosas, vimos un surtido de plantas medicinales, incluyendo una para los nerbios y alta precion, una para la bisicula, y una para la deabetes de asucar; pero el hombre ofrecía salud y no ortografía ¿no cierto?
Estamos en Tzintzuntzan, no muy lejos de Pátzcuaro.
Es la antigua capital pre-cortesina, o mejor dicho una de las tres antiguas capitales, de los Tarascas - cuyos descendientes ya encontramos varias veces.