De todos modos, aquí, en Ixtlán, hay varias estructuras excavadas y reconstruidas, lado a lado con túmulos todavía sin excavar.

/¯\ Hay aquí la base sobreelevada de un putativo templo circular dedicado a Quetzalcóatl, con peldaños de acceso de una altura doble, cada peldaño, de lo que hoy se consideraría normal, haciendo el acceso a la plataforma central bastante incómodo - y lo mismo, y peor, la bajada.

/¯\ En una plataforma central, hay dos altares - uno, del Sol, el otro, de la Luna - en los cuales se celebraban los sacrificios humanos precursores de los sacrificios humanos de los Aztecas.

/¯\ Hay la ruina de un templo angular y con pilares rectangulares, dedicado a Tlaloc, el dios de la lluvia.

     Naturalmente: sin sol y sin lluvia no podía haber cosechas y no podía haber sobrevivencia; eran dos dioses de primera magnitud.  En este contexto, no se ve muy bien el papel de la Luna.

/¯\ Hay también las fundaciones de varios otros edificios, que se supone eran los aposentos de los sacerdotes.

Empero, ningún edificio, ningún recinto, en el cual se pueda "entrar". Y la técnica de re-construcción, de piedras asentadas en algún tipo de mezcla moderna, con nada para impresionar.

En otras palabras, los Toltecas se habrán encontrado más cerca de una de las grandes civilizaciones americanas, y habrán participado más en los acontecimientos, que los marginales Anasazis-Albañiles-Arquitectos, pero Mesa Verde, la ruina dilapidada central de los marginales Anasazis-Albañiles-Arquitectos tiene infinitamente más personalidad que esta ruina fantasmal marginal de los más céntricos Toltecas.

Seguimos, ahora, hacia nuestra próxima meta, la ciudad de Guadalajara.

Pasamos del estado de Nayarit al estado de Jalisco; al mismo tiempo, cambiamos otra vez de zona horaria - las 17 se volvieron de repente las 18.

Sin duda, estamos cruzando otra vez la Sierra Madre Occidental; la carretera se está torciendo como una culebra dolorida.

Hay que mencionar otra vez los colmenares, que siguen sin interrupción. Hablando de colmenares, vimos un colmenar en una parcela bastante empinada, con un resultado visual multicolor muy bonito; también vimos un colmenar como nunca vimos antes: cada colmena, un cajón de frutas puro y simple, con un techito de papel alquitranado.

Rudimentario, pero bien cuidado

Hay que mencionar otra vez el infierno de los escapes sin silenciadores; a la larga, de desagradable, pasa a ser ensordecedor y enloquecedor - y no es una >>>>>>>>