De pura sorpresa, pasamos por otro Buenos Aires; otra vez, no más que un rancho, pero con su cartel vial propio como si fuera una ciudad o por lo menos un pueblo o por lo menos un villorrio.
El cartel de éste Buenos Aires
En esta ruta, vamos viendo otra vez toda una colección de capillitas caseras; es realmente emocionante esta expresión de fervor religioso; esto también, quizás, sea otro aspecto de las dos personalidades en el mismo cráneo o en el mismo corazón: por una parte, indudablemente, haría falta más dinero para satisfacer mejor las necesidades de la vida diaria, y sin embargo, cuánto dinero y cuánto tiempo se invierte en estas obras de expresión intangible; se podría dedicar muy fácilmente todo un viaje a la descripción de todas estas variaciones sobre un mismo tema.
Llegamos a Tepic.
En el papel, el palacio municipal tiene su planta baja en estilo dórico y su planta alta en estilo jónico; para nuestros ojos, tiene una fachada de opereta, pintada de dos colores contrastantes, con las ventanas de la planta baja dominadas por un arco, y las ventanas de la planta alta dominadas por un triángulo.
En el papel, la catedral tiene dos agujas de estilo gótico; en la realidad, es mejor admirar las dos agujas por su elegancia, de la cual tienen bastante, que por su goticismo, del cual si apenas tienen una insinuación.
La catedral
Tepic tiene la rara distinción de ser una ciudad limpia, comparativamente silenciosa, y bien ordenada; hasta tiene tachos donde el pueblo puede colocar sus desperdicios; por lo que vimos, Tepic, en su variedad de plazas y plazoletas que invitan a un ratito de descanso, ganó la batalla que Mazatlán recién está tratando de ganar.
El nombre Tepic viene de la palabra paraborigen Tepique que quiere decir Lugar entre Cerros.
Tepic tiene su milagro propio.
No se ponen de acuerdo en cuanto a la fecha cuando el milagro fue descubierto - unos dicen en 1540, otros, en 1619 - pero todo el mundo está de acuerdo en cuanto a la substancia del milagro.
Resulta que, en una de las fechas citadas, alguien pasaba por un cierto lugar con sus mulas, cuando éstas rehusaron seguir adelante en línea recta e insistieron en dar una vuelta para evitar un cierto pedazo de tierra, sin razón que fuera aparente a los humanos; cuando esta misma situación se repitió cada vez que las mulas tenían que pasar por el mismo sitio, los hombres empezaron a prestar más atención, y notaron un manchón de un pasto diferente del pasto ordinario de la zona; fijándose todavía mejor, se dieron cuenta de que dicho manchón tenía la forma de una cruz; consideraron la circunstancia como una señal milagrosa, y en el lugar mismo se construyó la iglesia de la Cruz de Zacate - voz local para yuyo.