Estamos viajando hacia el pueblo de Buenos Aires en el vecino estado de Durango. El camino es sinuoso en grado máximo.
Ah, pero eso no va a ir así; es absolutamente imposible seguir hablando en el micrófono.
Ya casi por salir, de regreso de Buenos Aires, de las sierras, vamos a pernoctar en un sitio impuesto por las circunstancias.
Este último
Mientras estábamos viajando hacia Buenos Aires, y de vuelta hasta aquí, por lo accidentado de la carretera, Božka tuvo que estar apuntando las notas pertinentes, en taquigrafía, así que lo siguiente es una simple lectura de dichas notas.
→→ El camino es sinuoso en grado máximo. Además, Karel le está agregando sus sinuosidades particulares; no sin razón: sus sinuosidades particulares se deben a su empeño en evitar pozos y otros desperfectos en el asfalto; las sinuosidades oficiales de la carretera se deben a los esfuerzos de ésta para cruzar la Sierra Madre Occidental.
→→ Seguimos dando más y más vueltas, tanto oficiales como particulares. Hemos subido tanto desde el nivel del mar - que es donde se encuentra Mazatlán - que estamos a unos 1.150 metros de altitud y que acabamos de tropezar con el más inesperado cambio de vegetación: como por magia, nos sentimos muchos meses atrás; estamos rodeados por árboles de agujas largas, lacias, señoriales.
→→ Seguimos curveando y subiendo. Tenemos hermosas vistas, a la vez de profundas quebradas cerca de nosotros, y de amplísimas serranías muy accidentadas hasta el infinito.
Una de las vistas
→→ Cruzamos otra vez el círculo tropal de los Mellizos, pero, esta vez, no a nivel del mar sino a 1.700 metros de altitud.
→→ Llegamos a 2.000 metros. Estamos parados un rato. Qué aire más liviano y refrescante, qué sorpresa. Nuestras expectativas ya estaban fijadas en un paulatino cambio desde un ambiente caluroso árido a un entorno caluroso húmedo, y henos aquí, con estas arboledas de agujíferos tan fuera de la imagen tradicional de "los trópicos"; pero es deficiencia nuestra si nos sorprendemos
- bien sabido es que altitud y latitud son intercambiables dentro de ciertos límites en sus efectos; aquí, por la altitud, tenemos la vegetación de otras latitudes, en esta latitud.
→→ Tendremos que volver por aquí, pero no estará mal recorrer una segunda vez esta sorprendente carretera.
→→ Acabamos de pasar del estado de Sinaloa al estado de Durango.
→→ La topografía se está volviendo más espectacular todavía; mientras, hasta ahora, todo era sierras escarpadas, ahora, hay altísimos farallones verticales por todos los lados, y la ruta, a veces, es de cornisa.