Buenos Aires, nos paramos en el primer sitio adecuado, a orilla de la carretera para pasar la noche.
Otro Buenos Aires
Sí, hoy fue, entre Los Mochis y Mazatlán, el primer día de contacto con el verdadero tráfico mexicano; muy diferente de lo que encontramos en Baja California, muy diferente por la gran cantidad de vehículos, y porque el 99/oo de estos automovilistas eran Mexicanos trabajando y no Vespuccianos paseando.
Por fin, una manera activa y artística de manejar; por fin, un flujo flexible, donde todo el mundo se adapta a todo el mundo, en oposición al flujo rígido de Vespuccia y de Canadá, donde cada uno va como un autómata, y todos como una máquina; por fin, uno siente cómo se desarrollan sus facultades innatas de adaptación, de creación, de aprovechamiento de circunstancias; y ¿no es la adaptabilidad el signo de la inteligencia, ciertamente más que la automatización?
Pero ¿por qué tienen todos que andar sin silenciador, con el escape abierto?; es un ruido infernal, no solamente en la carretera sino en Mazatlán mismo, lo que no tiene perdón. Quizás tenga una explicación, como ser que da más potencia a motores viejos, pero no tiene perdón.
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Después de esta noche, sabemos más o menos cómo es dormir en la puerta del infierno, con la puerta del infierno abriéndose cada rato para dejar pasar un tremendo rugido con toda la fuerza de un motor de camión sin silenciador. Y debe de ser legal en carretera, porque en la entrada a La Paz en Baja California vimos un cartel rezando: cierre escape.
Mientras Božka preparaba el desayuno, Karel agregó algo de protección a nuestro vehículo contra sentimientos anti-vespuccianos; le sacó la patente de adelante porque estaba demasiado a la vista en el medio de la rueda de auxilio que llevamos adelante. Nos gusta la sigla de nuestra placa EXP EXP, especialmente solicitada y otorgada para esta Expedición; y nos esforzamos mucho para conseguirla del estado de Virginia para que no suene evidentemente yanki; pero, con todo, decidimos que la mejor protección es andar sin identificación adelante; la placa de atrás, que, naturalmente, no se puede sacar, no se ve muy bien, y no es la primera cosa que se ve.
Así que ahora, con los dos acrílicos laterales nuevos proclamando "Argentina", a más de las inscripciones de cinco metros de largo, en castellano, a cada costado del vehículo, "Primera Expedición Panamericana Integral", y con una placa delatadora de menos, nuestro vehículo tiene una cara un poco diferente. Pero, dentro de todo, está bien. Y esperamos que estamos blindados.