?? De todos modos, averiguamos en Palo Verde; de la cueva, nadie sabía nada; como siempre en Baja California, cuevas con dibujos rupestres hay muchísimas, y nadie sabe a ciencia cierta cuál es cuál; y cuál está dónde.
?? Pero el camino nuevo - que nos habían mencionado en San Bruno - sí, está aquí no más, a cien metros.
?? Fuimos. Pero ¿qué camino nuevo? ¿Por qué piensa uno que camino nuevo quiere decir camino bueno? Este resultó ser una brecha recién abierta, de la manera la más primitiva, por el desierto.
?? No hay palabra en todo el diccionario para describir propiamente lo que fue aquello; quizás diciendo que la única manera de adelantar era ni siquiera en primera velocidad sino en baja, a una lentitud que ni registraba el velocímetro. Cuando empezamos este trecho, ya estaba por oscurecer; al rato, era de noche totalmente; viajar por este tipo de brecha y buscar un rancho de noche - especialmente, como comenta Božka, un rancho llamado Rancho Perdido - es algo que hay que sentir en carne propia, no se puede explicar.
?? El caso es que la brecha, eventualmente, se empalmó con un camino que, a primera vista, era una huella menos salvaje. ¿Qué quería decir eso? Nadie nos había mencionado un empalme. Y del rancho buscado, hasta entonces, nada; y habíamos recorrido sólo 5 kilómetros en media hora. Con oscuridad total, ¿qué hacer? - ¿quedarse en el empalme mismo hasta mañana? - ¿seguir por la huella nueva, pero hacia qué lado? - ¿regresar por el mismo infierno? Se veía relámpagos en la distancia. Quedarse atrapados ahí por una tormenta significaría no poder moverse ni de un lado ni del otro durante quizás varios días. Decidimos enfrentar nuevamente los 5 kilómetros en media hora para regresar a Palo Verde. Todo ello, en oscuridad total.
?? En Palo Verde, tuvimos la suerte de ver una luz por una puerta abierta de una casita. A pesar de la oscuridad - en el campo, el tiempo de visitas se juzga por oscuridad y no por horas de reloj - fuimos a hablar con los moradores. Qué sorpresa nos llevamos cuando aprendimos del hombre, rodeado de sus nueve hijos, que el empalme que habíamos alcanzado a tan dura pena, lo podíamos haber alcanzado muy fácilmente por la otra huella, que también sale del asfalto; no hay palabra aceptada por un diccionario para expresar lo que sentimos. ¿Por qué los brutos de San Bruno nos mandaron por el camino nuevo?
?? Fuimos a buscar, y no fue fácil encontrar de noche, la entrada a la huella vieja, a cien metros más allá de la entrada a la brecha nueva.
Y aquí estamos hasta mañana. Todavía no entendemos por qué los brutos de San Bruno nos mandaron por la brecha nueva. Tampoco entendemos por qué se abrió la brecha nueva para llevar al mismo lugar a donde ya lleva la huella vieja.