ningún modo donde parece terminar geográficamente, o sea donde termina el agua del golfo, sino que sigue hacia el norte, hasta incluir la laguna Salada, al sur de Mexicali, y el mar Salton, al norte de Mexicali; siendo la razón por qué el agua propia del golfo no llega hasta el así-llamado mar Salton, que la zona limitando la punta del golfo de California está transitoriamente rellenada y elevada y cortada por aluviones del río Colorado; no obstando este impedimento al agua del golfo por los aluviones del Colorado a que todo el eje de tierras básicas entre la punta del golfo de California y el así-llamado mar Salton, con nosotros en su centro, se encuentre debajo del nivel del agua del golfo, como continuación del propio fondo del golfo.
Tanta explicación, para justificar que puede haber una gran bajada sin gran subida previa.
Pero lo intrínseco de la cosa también tiene su interés. Y el interés se agudiza al tomarse consciencia de que, algún día, el golfo de California no solamente recobrará sus derechos hasta el mar Salton sino que, además, con el correr de los millones de años, inundará toda la falla San Andreas hasta San Francisco, transformándose en estrecho, y las Californias, Baja y Alta, en isla.
Ya son casi las cinco, ya es de noche, vamos a pernoctar en una calle, naturalmente, ruidosa.
Será mañana, pues, que nos encaminaremos hacia el pueblo de San Felipe, a orilla del lado peninsular del golfo de California.
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Hoy, sí, nos encaminamos hacia San Felipe, pero no cómo y cuándo pensábamos.
Para empezar, a la mañana, Karel tuvo que hacer un poco de mecánico, más exactamente de electricista: una de las lámparas para iluminar el interior de nuestro vehículo no alumbraba bien desde hacía un par de semanas, y como iba de mal en peor, Karel no tuvo otro remedio que empezar a buscar el problema y solucionarlo.
Luego, también tuvimos nuestra primera entrevista radiofónica en tierra hispana oficial, en la estación de radio de la Universidad Autónoma de Baja California. Fue una buena, larga, entrevista, a la cual faltó tan sólo una pregunta que casi nunca faltó en Vespuccia, a saber cuánto cuesta la Expedición y cómo la costeamos; aquí, ni una palabra de dinero.
Después, todavía visitamos un pequeño museo antropológico especializado en, en realidad limitado a, la antropología de Baja California. Con sorpresa, vimos reproducciones y fotografías de pinturas rupestres de gran interés; tratamos >>>>>>>>