¡! También vimos una colección de bañaderas que es un verdadero cuento de las mil y una noches, o por lo menos de las cien y una bañaderas; el negocio mejor surtido del ramo no es nada comparado con lo que vimos - en formas, en colores, con patas, sin patas, con respaldo, sin respaldo.

¡! También vimos por lo menos dos docenas de aviones colgando en un rincón de un depósito, esperando que los hagan parecer aviones verdaderos en alguna película; y con éstos se repite, otra vez, la característica de todo lo demás que vimos, a saber que no hay mediocridad, cada cosa - en este caso, cada avión - de un tipo bien definido, bien característico, bien diferente de todos los demás aviones.

Estos predios cinematográficos tienen una planta electrógena que podría abastecer una ciudad de 33.000 personas. Hay, en el predio, un correo y un banco solamente para los empleados.

También vimos el taller mágico donde hacen estatuas, bajorrelieves y otras decoraciones de mármol, todas estrictamente de yeso.

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Hoy, no nos arrancamos de Los Angeles; hoy, pasamos todo el día con las fotografías. Mañana, si Dios quiere, será. Y tenemos que apurarnos, que, en San Diego, tendremos que pasarnos varios días, para conseguir, en una complicada operación, las sucesivas visas hasta pasado Nicaragua, o sea hasta Costa Rica; y también para asegurarnos el libre retorno a Vespuccia dentro de dos años para seguir y finalizar la Expedición.

Prendimos la radio dos minutos, justo bastante tiempo para enterarnos de que, por orden judicial, familias blancas en cierta cantidad fueron obligadas a mudarse de su barrio a un vecindario de Negros, y viceversa, familias negras fueron obligadas a mudarse a un barrio de Blancos, un perfecto ejemplo de libertad individual.

Echamos un vistazo a un diario dejado en una mesa, y el primer artículo que se presentó a nuestros ojos fue que, por decisión judicial, las parejas homosexuales tienen curso legal en este país; en este caso, el sobreviviente de una tal pareja recibió, por dictamen judicial, los beneficios de un deudo dependiente del difunto; éste, incidentalmente, se había suicidado, y había sido un fiscal judicial.

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