Estamos viajando hacia el Jet Propulsion Laboratory, naturalmente que por la red de autopistas losangelinas.
Aunque pueda resultar aburrido, hay que volver sobre el tema de la contaminación envolviéndolo todo; siempre se nota por todos los lados y siempre se maravilla uno como si no lo hubiera visto antes; en este sentido, nos hace pensar en el follaje otoñal de Nueva Inglaterra - allá, uno no se cansaba de mirar y admirar, aquí, uno no se cansa de mirar y no creerlo; los cerros que casi no se ve, el masoquismo, o lo que sea, de la gente viviendo en casitas diseminadas por las laderas con una vista que no les deja olvidar el infierno en el cual viven por voluntad propia y al cual contribuyen.
\LA/ Visitamos el Jet Propulsion Laboratory.
Sabíamos que iba a ser interesante; ahora, también nos damos cuenta de que fue un privilegio.
/\ La primera cosa que aprendimos fue que este Laboratorio de Propulsión a Chorro tuvo, y tiene, la responsabilidad de las empresas espaciales no-tripuladas de Vespuccia.
»* Su primera misión fue el primer satélite artificial vespucciano en pánica reacción al sputnik ruso;
»»* luego, vinieron las misiones no-tripuladas a la Luna para fotografiarla y analizarla como paso previo a las misiones tripuladas;
»»»* luego, vinieron los viajes a los planetas Marte, Venus y Mercurio;
»»»»* luego, hubo dos misiones más a Marte, esta vez con un descenso controlado en la superficie misma del planeta;
»»»»»* y, más recientemente, se proyectó y llevó a cabo dos misiones de exploración de los planetas Júpiter y Saturno.
En otras palabras, es este Laboratorio una de las altas cumbres del genio humano y una de las semillas del futuro de la humanidad.
/\ Vimos un duplicado, en tamaño real, del primer satélite artificial vespucciano, un cono no muy impresionante, del volumen aproximado de una pelota de fútbol.
En contraste, vimos también, una unidad experimental, totalmente armada y de tamaño real, del más reciente laboratorio espacial vespucciano, el explorador interplanetario Voyager de la misión a Júpiter y Saturno.
Un sobrecogedor caso de efervescente desarrollo tecnológico.