meticuloso y largo esfuerzo. Quizás en esta fábrica más que en otra, se hace más evidente este concepto porque sería fácil considerar juguetes como una chiquilinada; pero, por lo visto, fabricar juguetes no es un chiste.
Aquí también, encontramos una empresa que empezó en este siglo, en 1945, con solamente ocho obreros, y ahora, ni siquiera 40 años más tarde, tiene 10.000 obreros y empleados por todos los rincones de la Tierra; es el fabricante de juguetes más grande de la Tierra; y no por casualidad: tiene un departamento de investigación y desarrollo de juguetes con más de 300 inventores, dibujantes, escultores, ingenieros, modelistas; vende unos 400 tipos de juguetes diferentes, y cada año, de éstos, 240 tipos se dejan de fabricar y están reemplazados por 240 tipos nuevos de juguetes, desarrollados por el departamento de investigaciones.
Y no se trata de tener una idea hoy y estar vendiendo el producto dentro de seis meses. Hoy, están desarrollando juguetes con los cuales los niños jugarán recién dentro de tres años. Hoy, se está desarrollando la moda de juguetes de tres años en el futuro. Ahora, a unas semanas de Navidad, para ellos, es la época muerta; pero, apenas llegado febrero, ya empezarán a recibir pedidos y producir juguetes para todo el año venidero, inclusive Navidad.
Naturalmente, juguetes son el reflejo de los tiempos. Lo que más vimos es seres de otros planetas, pero curiosamente mezclados con castillos medievales; ¿no es el mundo de los niños un mundo de fantasía? Y también vimos una "procesadora" de juguete; pero esto nos pareció un despilfarro de tecnología para sustituir a una abuela, una tía, una madre, un abuelo, un padre, ausentes.
Una noción que nos sorprendió fue una de las razones por qué se divide juguetes por edades de los niños. La relación entre los juguetes y las edades no se basa en, o no se basa solamente en, el desarrollo intelectual y/o la coordinación física de cada edad, sino también en una relación de tamaño entre los componentes del juguete y el niño, para que un juguete para una cierta edad no tenga partes, sueltas o que se podrían desprender, con las cuales el niño podría hacerse daño.
Por ejemplo, la pequeñez de una pieza que sería aceptable para un niño de corta edad, porque aun así no se la podría poner en la boca, no sería aceptable para un niño más grande, con la boca más grande y por lo tanto en la cual la pieza podría entrar.
También, los juguetes tienen que tener cierta resistencia a la rotura; por ejemplo, las patas de un caballo de plástico que vimos ensamblar tienen el requerimiento de resistencia a una fuerza mayor que la que un niño podría producir, y no para asegurar la durabilidad del juguete sino porque, una vez rotas, se volverían peligrosas para la integridad física del niño.
Pensándolo bien, no es sorprendente, pero igualmente resulta sorprendente a >>>>>>>>