tipos movibles, pero no fue él el primero en hacer impresiones; había publicaciones impresas ya antes de él; solamente que no utilizaban tipos sueltos y movibles sino bloques de madera grabada con una página entera por bloque.

Todas estas impresiones pioneras se parecen mucho a manuscritos, y no por casualidad: los impresores se empeñaban en que las letras impresas se asemejaran lo más posible a manuscritas.

También vimos ejemplos de música de aquellas épocas, escrita para tres o cuatro ejecutantes en la mismísima página por el simplísimo sistema de escribir la parte de cada ejecutante hacia cada uno de los tres o cuatro costados de la página, de manera que la hoja se colocaba en una mesa en el centro del grupo de ejecutantes y cada cual leía su parte; naturalmente, se trataba de piezas bien cortitas.

También vimos las primeras ediciones de Shakespeare.

Y también un mapa de California - en el sentido primero y legítimo del topónimo - mapa que parece reflejar el destino de California de separarse del continente, pero que, en realidad, solamente refleja los conocimientos incompletos, y el magnífico arte de la improvisación, de los cartógrafos de antaño, quienes no sabían, pero creían, que California era una isla estirada a lo largo de la tierra firme.

Descubrimos que la biblioteca tiene como compañera, una pinacoteca, que se presenta como la colección más distinguida de pintura inglesa de los siglos XVIII y XIX fuera de Londres.

Y ambas, la biblioteca y la pinacoteca, están sitas en un jardín botánico muy notable. En una superficie de unas 82 hectáreas, hay, entre muchas cosas, la colección pública de camelias más grande de la Tierra, un rosedal con más de 1.000 variedades, arregladas en orden cronológico histórico, una muestra de palmeras con 200 ejemplares, un jardín japonés con un templo del siglo XVIII, una casa japonesa amueblada, un patio bonsai, un jardín zen; también, una sección desértica con la colección de plantas de desierto al aire libre más grande de la Tierra, y también una sección de selva con las plantas habituales de los trópicos. Y hay más. El conjunto de Biblioteca, Pinacoteca y Jardines es de gran distinción.

Así fue nuestra primera tarde después de dejar el motel. Estamos instalados para la noche en una calle residencial, cuidadosamente elegida porque, en la mayoría de los suburbios por estas partes, no está permitido dejar un coche estacionado en la calle de noche; tienen demasiado miedo de asaltos.

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