enfrentamiento con ladrones. Ahora que, si queremos quedarnos, siendo hoy en el medio de la semana, no es tan mal. Fines de semana es mucho peor.
A cruzar el famoso Orinoco ahora mismo, pues.
Estamos navegando por las aguas que quizás, algún día, podrían ser el terminal norte de la vía fluvial intracontinental entre el estuario de la Plata y el delta del Orinoco, según ya mencionado.
Ahora mismo, estas aguas del Orinoco, que fluyen hacia el mar Caribe, y las aguas del río Negro del Brasil, que fluyen hacia el río de las Amazonas, están conectadas, por algo que se llama el "brazo" Caciquiare, ya que río con fuente y desembocadura no es; por algo que los cultores de lo esotérico preguntan si no podría ser acaso un canal, se entiende un canal artificial, hecho en tiempos desconocidos por una civilización desconocida.
Lo concreto y palpable es,
1)que ese misterioso brazo Caciquiare, en verdad, une los ríos Orinoco y > Negro, sin ser él mismo un río o un brazo de río;
2)que la distancia entre los puntos de confluencia respectivos con los dos >>ríos, a vuelo de pájaro, es de no menos de 190 kilómetros;
3)que el curso del brazo propio es sumamente quebrado, de tal modo que su >>longitud efectiva debe de rondar en los 350 kilómetros;
4)y que tiene sus propios afluentes.
Si es que algo de, o todo, ello pueda tener un significado.
Duración de la travesía de este Orinoco: veinte minutos.
Bien. A cinco minutos de la llegada de la chalana, hay el inevitable puesto de fiscalización; felizmente, tiene un lindo lugarcito con pasto y árbol, y aquí pasaremos la noche.
. .
*
▪
Esta mañana, o sea al norte del Orinoco, parece otro país. Llanura total hacia todos los horizontes. Uso integral de la tierra, dividida en latifundios, de cultivos y pastajes e inmensas plantaciones de coníferos. Qué pulcritud en estos campos y estos bosques después de la desprolija maraña de la selva.
Ahora, a la altura del caserío de Mata Negra, además apare cieron cohortes de brazos mecánicos bombeando y bombeando petróleo. Uso de la tierra por fuera y por dentro, así como vimos en ciertas partes de Vespuccia.
Incluso, la carretera se ha puesto, por fin, civilizada; 80 kilómetros por hora sin preocuparse dónde se va a pisar o del tráfico opuesto.