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asombrarse.  Hay que ver para creer la superminiaturización de los circuitos de las procesadoras, hay que ver para creer su complejidad.  En cuanto a lo que hacen, es así.

Hay dos grupos de procesadoras.

El primer grupo trabaja como parte integral del mecanismo de las observaciones mientras éstas se están efectuando.  Consta de cuatro procesadoras.

<=> Una, es el capitán, da directivas a las antenas, qué hacer, cuándo hacerlo.

<=> La segunda, hace de inspector; va verificando si todas las funciones se desarrollan correctamente - y son, literalmente, miles las funciones así observadas por esta procesadora - y si surge algún problema, en algunos casos, la procesadora misma se encarga de corregir el problema o, si no, le da la alarma al encargado de llevar a cabo las observaciones.

<=> Las dos últimas procesadoras en este grupo están ocupadísimas acumulando y clasificando las informaciones recibidas, y ya transformadas en números, a razón de la respetable cantidad de cien millones de números por día.

    Dicha tremenda acumulación de información en forma numérica pasa al segundo grupo de procesadoras.

El segundo grupo consta de dos procesadoras.

>=< La primera procesadora reduce la información numérica a una forma manejable por los científicos por medio de operaciones matemáticas que los científicos mismos llaman extremamente complicadas; además, es una procesadora de las llamadas grandes porque puede llevar a cabo 24 trabajos diferentes al mismo tiempo; entre otras cosas, tiene que multiplicar las señales recibidas en cada pantalla por las señales recibidas por cada una de todas las demás pantallas - estas multiplicaciones se efectúan a razón de cien millones por ... segundo. De no creerlo.

>=< La segunda procesadora en este grupo puede traducir toda la información anterior a una forma gráfica, inclusive mapas, ya sea en blanco y negro, con 256 niveles de tinte, o en más colores, con 64 tintes.

    Esta transformación de los datos originales en forma gráfica también involucra fantásticas operaciones a razón de decenas de millones de cálculos por segundo. Vimos las imágenes fantasmagóricas formarse en los tubos catódicos; las en blanco y negro se asemejan mucho a mapas topográficos, salvo que habría que llamarlos mapas radiográficos o intensográficos; en cuanto a los colores, que, naturalmente, son colores solamente de codificación, indican simbólicamente intensidades de radiaciones, decrecientes desde el rojo, pasando por el naranja, amarillo, verde, hasta el azul, la radiación más débil.


Los colores