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o sea advertencias de temporales por todos los lados - ha terminado; la temperatura, ella, va a quedar alrededor de cero grado.

Por otra parte, hablando con lugareños, nos enteramos de que la nevada de ayer fue especial para nosotros porque, generalmente, en estas partes, no reciben nieve antes de fines de diciembre.

También en Corner Brook, hablamos con oficiales de la Administración de Pescas de Terra Nova - ya que Terra Nova es uno de los mayores focos, el foco más legendario durante siglos, de pesca marítima de la Tierra - para poder visitar algunos puertos de pesca y algunas plantas de procesamiento de pescado. Con algo de asombro, nos enteramos de que, por lo menos en esta costa occidental de la isla, ... no hay actividad de pesca; porque todo va por cuotas, y éstas ya han sido agotadas para la temporada - pero, se nos informó que posiblemente en la costa oriental las cuotas todavía no se hayan cubierto, y se nos indicó con quién hablar, y dónde, para poder presenciar actividades relacionadas con pesca.  Ojalá tengamos una oportunidad; vamos a ver.

Viajando hacia la ciudad de Gander; y, más allá, hacia la extremidad oriental de esta isla de Terra Nova, y, al mismo tiempo, la extremidad oriental de toda América del Norte.

El paisaje, típicamente serrano. Desde Corner Brook, la carretera estuvo bajando bastante tiempo, y ahora estamos viajando a lo largo de un valle encajonado entre pendientes bastante abruptas, cubiertas de una mezcla de rocas y coníferos; no falta el típico río a lo largo del valle y de la carretera.  En conjunto, un panorama típicamente placentero para la vista.

Después de la tormenta de nieve de ayer - y de acuerdo con lo pronosticado esta mañana en la radio - el tiempo se puso medio soleado y bastante agradable, siempre con alrededor de cero grado.

Alcanzamos el pueblo de Deer Lake, punto adonde, eventualmente, tendremos que regresar para, luego, desde aquí, proseguir hacia el norte, hacia los vestigios de los asentamientos vikingos en Terra Nova; y, eventualmente, hacia el Labrador.

La ruta sigue muy buena, tal como estuvo desde el principio, en Port-aux-Basques. Es de notar cómo - en esta zona que, si bien no es el fin del mundo, es un rincón apartado del continente americano - las rutas, mejor dicho la ruta, sigue tan buena, con traza moderna y pavimento suave. Después de la nevada de ayer, la calzada fue totalmente limpiada, y está como si nada hubiese pasado.



La ruta cerca de Birchy Lake

La topografía se ha vuelto un poco más suave, pero las sierras quedan a la vista en la lejanía.

El país está bastante despoblado - como, en realidad, era de esperar. Por ejemplo, desde el empalme adonde tendremos que volver, hasta el primer pueblo siguiente, hay unos 125 kilómetros sin ningún poblado.