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médanos, a veces, de hasta 60 metros en altura, a veces cubiertos de vegetación más como lomas que tradicionales médanos? Toda una franja entre Farzon y Casper.

¿Lagos intermitentes alcalinos con sedimentación de toda clase de sales? Distrito de Natrona.

¿Interesa una espectacular perforación vertical de magma a través de sedimentos - magma ahora solidificado; despejado de los sedimentos por erosión y visible como un áspero, monumental, pilón, mostrando sus aproximados 263 metros de altura y sus aproximados 50 millones de años de edad? Devil's Tower.

De verdad, un libro de geología.


Vista desde el dormitorio cerca de Emigrant

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Esta mañana, nos levantamos a las 5, en total oscuridad, para llegar cuanto antes a nuestra próxima meta, el pueblo de Laurel; para una visita de refinería de petróleo.

De manera totalmente inesperada, acabamos de observar una colonia de bichos que aquí llaman perros de las pampas, pero que nada tienen en absoluto de perros; son simplemente marmotas; fueron llamadas perritos por los primeros Europeos que las vieron, y dicha insensatez sigue siendo propagada aun hoy, aun en forma oficial; lo mismo, y peor, que los "indios" que no son Indios.

Estas marmotas son divertidas de observar porque viven en colonias formadas por familias con estructuras sociales bien establecidas. Sus madrigueras constan de varias cámaras. La primera cámara, empezando desde la entrada principal, es un puesto de guardia desde donde espían, por oído, lo que pasa en la superficie; la segunda cámara es un retrete (¿?); la tercera, es la sala de estar; y hay una cuarta cámara, en un nivel superior al nivel de la sala de estar, que es una sala de estar de auxilio cuando la principal llega a mojarse. En total, una tal madriguera puede extenderse sobre cuatro metros debajo de tierra. Y, naturalmente, tiene dos puertas; la de adelante se nota por su forma de domo, y la de atrás, por su forma de cráter.

Nos divertimos un rato observando dichos bichos tomándose muy en serio. Siempre hay uno que actúa de vigía; se sube en el montículo de la entrada de su madriguera, se afianza en sus dos patas de atrás, se estira a toda la altura de sus quizás 25 centímetros de largo, y escruta el horizonte con una eficiencia que hay que tomar muy en serio; y cuando un peligro - en este caso, nosotros - le parece demasiado inminente, da la alarma a todo el vecindario, auditivamente con su voz y visualmente con sacudidas de su cola; y después, por la duda, desaparece en su propia madriguera. No queda nada y nadie a la vista en la pradera, mejor dicho, pampa.