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El tiempo está medio nublado - lo que significa que también está medio soleado; y ello nos vino muy bien, porque, como descubrimos muy pronto, en este tipo de formaciones geológicas, a veces conviene el Sol directo, y a veces es éste un estorbo, y mejor conviene una luz difusa.


¿Si esto no se parece a un castillo de cuentos de hadas?

Hablando de Sol, por la complejidad de las formaciones, los cambios de incidencia del Sol en ellas, con el correr del día, tienen complejas influencias en la estructura visual, prácticamente de media hora en media hora.

Por la misma razón, de la complejidad de las formaciones, el propio deambular del observador ocasiona complejos cambios en la estructura visual, en la práctica cada pocos metros.

Pasando de lo grato a lo deprimente, otra vez nos encontramos aquí con la total falta de respeto para con la cultura popular. Este Cañón Bryce, así llamado oficialmente, mirando bien las cosas, no es un cañón en lo más mínimo, sino un farallón a lo largo de la falla geológica principal ya mencionada, quizás un poco ahuecado como anfiteatro, en su punto focal. Pero así es este país.

En realidad, es bien curioso e inexplicable el cortante contraste entre tales inexcusables deficiencias conceptuales y los notables esfuerzos ilustrativos, para no decir didácticos, que ya comentamos varias veces tanto en parques nacionales como en lugares varios a lo largo de las carreteras. Bien inexplicable.

Finalmente, es de notar la cantidad de visitantes alemanes, tanta cantidad que hasta existen folletos en alemán. Nos preguntamos por qué será que en Banff y Jasper la invasión es oriental, y aquí, es toda teutónica.

En resumen, es este Farallón Mágico Bryce muy interesante; en realidad - si bien de manera totalmente diferente - por lo menos tan interesante como el Gran Cañón del Colorado, si no más. No se entiende la injusticia de que el Cañón del Colorado esté tan conocido, y este Anfiteatro Bryce esté comparativamente tan ignorado.

Ultima observación: a unos 28 kilómetros de este parque nacional, hay lo que se podría llamar un "compendio geológico" de las formas y de los colores visibles en el parque mismo, y, para el viajero apuradísimo, podría ser un vistazo a dicho punto una experiencia valedera y suficiente.

Ultima-última observación, lamentablemente inútil para nosotros: la mejor época para disfrutar mejor los refinamientos de las formas debe de ser después de una buena nevada para contrastar los detalles.

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