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dos o tres horas más. La verdad es que quien tenga el tiempo, podría quedarse aquí dos o tres días y no aburrirse un minuto.

Se trata de - se trata de, bueno, no se nos vienen las palabras ni para empezar a expresar de qué se trata. Y si alguna poderosa imaginación lograra esbozar en palabras de qué se trata, haría falta una imaginación igualmente poderosa por parte del destinatario para interpretar la imagen verbal porque inescapablemente se trata de un mundo fantasmagórico de cuentos de hadas hecho piedra.


Basta mirar ... y admirar

Para intentar algo, se trata de apretados millares de formaciones geológicas verticales, como agujas pero que no son agujas porque no todas son puntiagudas, y todas, en vez de lisas, son fuertemente anélidas; o como columnas pero que no son columnas porque pocas guardan su grosor de abajo hasta arriba, y todas, en vez de ser lisas, son fuertemente anélidas.

Quien esté dispuesto a consubstanciarse con el mundo de las fábulas podría imaginarse un farallón - la macicez interna de un farallón, y dentro de la macicez, cohortes de muñecos hechizados en piedra esperando ser liberados por el paulatino retroceso, grano a grano, de la faz del farallón; muñecos apareciendo a la luz del día, primero como perfiles, como fisuras en la faz del farallón, luego como bajorrelieves, cambiando luego a altorrelieves, y luego a estaturas en bulto separadas y progresivamente más alejadas de la faz del farallón, conscientes de lo sinuosamente airoso de sus formas y de lo delicado de sus colores, solamente para ir dándose cuenta de que, ahora, sin la protección del farallón, están a la merced, mejor dicho inclemencia, de la intemperie, cuanto más lejos del farallón tanto más desmenuzados, roídos, hasta verse reducidos, con el paso de los siglos, a una diminuta roca sentada en el suelo, y eventualmente a nada, en lo más alejado de la faz presente del farallón.

Estas formaciones geológicas, a más del interés de cada una como unidad, crean, en conjunto, grandes efectos multitudinarios de interés propio.

Y ¿cómo se formó esta maravilla?

► Todo empezó, como parece que todo lo geológico empieza en esta Tierra, con sedimentación.

» Hay que imaginarse, primero, un gran lago en el lugar donde hoy se yerguen estas cohortes de llámeselos-como-quiera; y no a la altitud donde estamos ahora sino prácticamente al nivel del mar;

» hay que imaginarse ríos y ríos desembocando en ese lago y llenándolo en el curso de millones de años no solamente de agua, que se fue evaporando, sino también de depósitos de arcilla, cieno y arena, que, capa tras capa, eventualmente llegaron a llenar la cuenca del lago tanto que dejó de haber un lago;