español english français česky

minutos o treinta, la carretera está totalmente vacía, y luego aparece una formación compacta de vehículos turísticos, de cuatro, seis u ocho unidades, nunca jamás menos de dos - y cada vehículo, bien cerquita detrás del otro, como si tuvieran miedo de que aquel peligro invisible se interpusiera entre ellos. Es penoso ver esta psicología de rebaño - que venga, ya sea de la costumbre subconsciente adquirida en los hormigueros de las ciudades grandes, o del miedo de un poco de independencia y soledad.

Al pensar por qué no habíamos notado este fenómeno antes, nos damos cuenta de que es la primera vez que viajamos por la carretera alaskana, esta gran vía turística del norte, en época turística; lo que conocimos anteriormente de esta carretera, fue en invierno.

En Watson Lake, nos esperaba una sorpresa.

Aquel patético, hirsuto, amontonamiento de indicadores viales empezado por un soldado durante la segunda guerra mundial, y aumentado por otros soldados, y luego por muchos turistas, no está más; por orden de la autoridad, el amontonamiento, natural, humano, expresivo, resultado de años de acrecencia espontánea, visible desde la carretera, se volvió un prolijo semi-círculo de postes bien educados, arregladitos, equidistantes, que da la espalda a la carretera, un desastroso ejemplo del espíritu meticuloso, sistemático, burocrático, burrocrático, enemigo - si bien inconsciente - del calor natural humano; y lo peor del caso es que, hablando con varias personas, todas estuvieron de acuerdo en condenar dicho cambio, en palabras que no se puede poner en el papel, en aquellas palabras que, en inglés, se llaman palabras-de-cuatro-letras; entonces, ¿dónde está la democracia, el gobierno por el pueblo?



El "Nuevo Watson Lake"

De paso, aprendimos que, aquí también, se enteraron de nuestra Expedición por los diarios.

Y hablando de diarios, hasta ahora, no tuvimos muchas oportunidades de leer lo que se escribe respecto a nosotros porque, habitualmente, las entrevistas son lo último en cada sitio, de manera que, cuando el artículo sale a la calle, nosotros ya no estamos; pero, de lo poco que vimos, la mayoría es del nivel de escuela primaria; en los periódicos de mayor circulación, presentan un trabajo más o menos bien hecho que refleja, dentro de lo que se puede esperar del periodismo cotidiano, ciertos puntos salientes de nuestros esfuerzos, pero en los periódicos menores, lo que ofrecen tiene poca similitud con la realidad, un poco como tratar de ilustrar la complejidad de una selva por medio de un árbol caído y desgajado - y errores hay, que por lo menos tienen la virtud de hacernos reír. Si es así que el periodismo nos trae las noticias del mundo, entonces, pobres de nosotros.

Estamos a un paso fuera de Watson Lake, en el medio de una cantera - donde esperamos que habrá menos mosquitos - para pasar la noche.