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Salimos pues, esta mañana, otra vez hacia el norte, y siempre con los grandes macizos en la lejanía; al mismo tiempo que las lomas y las serranías cercanas se están elevando cada vez más alrededor de nosotros y apretando más y más la carretera.

Hacia el norte seguiremos hasta que nos pare el mar o el hielo ártico. En la bahía de Hudson, el hielo y la nieve no nos pararon. Vamos a ver qué nos espera aquí.

Por ahora, la carretera se está quedando misericordiosamente en un valle, el valle del famoso río Frazer. Generalmente hablando, nuestras próximas metas son los pueblos de Prince George y Dawson Creek.  Por ahora, nieve no hay.

Llegamos a, y nos detuvimos en, un pueblecito de media docena de casas, de nombre Spuzzum.

Nuestro interés en este lugar se basa en el hecho de que los paraborígenes de la zona, los Kátenis (Kutenai) son los últimos paraborígenes, por ahora, en haber sido conectados posiblemente con el príncipe galés Madoc, las andanzas del cual, postuladas si no comprobadas, encontraremos más detenidamente en el sureste de Vespuccia. La conexión que se quiere establecer entre los Kátenis y Madoc se basa en unos petroglifos rúnicos encontrados en estos parajes, con similitudes con petroglifos encontrados entre los Nórdicos y en Gales.

Pero todo ello debe de ser de interés solamente para los estudiosos porque tratamos de averiguar algo entre los pobladores, y lo único que hicieron es abrir ojos y bocas tan de grandes al enterarse de que alguien en el mundo escribe libros mencionando su pueblecito.

Costeando el río Frazer. Parece que su valle, que más bien se podría llamar su quebrada, es el único medio de comunicación en estas partes. A ver, que no nos olvidemos de nada: nosotros estamos en la carretera trans-Canadá, que, por supuesto, básicamente une Pacífico y Atlántico, pero que aquí, localmente, corre sur-norte, buscándose su derrotero por entre las sierras; de este mismo lado del río, hay un ferrocarril de doble vía, y una línea eléctrica de bajo voltaje; del otro lado del río, hay otro ferrocarril, también de doble vía, y una línea de alto voltaje de larga distancia, y un camino segundario. Muchas cosas pasando por el mismo conducto.


La quebrada del río Frazer

Naturalmente, tanto vías férreas como carreteras pasan por toda una variedad de túneles. Un deporte muy fácil de satisfacer aquí es observar trenes de carga arrastrándose lentamente a lo largo de las laderas sinuosas de la quebrada, cambiando siempre de forma como una lombriz, y teniendo - por ser, como trenes de carga lo son por naturaleza, muy largos - a la vez, parte de los vagones saliendo de un túnel, otra parte entrando en otro túnel, otra parte entre dos túneles, presentando una variedad de aspectos divertida de mirar.  Y de trenes hay muchos.  Y todos larguísimos.