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Lo muy curioso y notable, sin embargo, es que - mientras los Shuares toman ofensa en lo de Jívaros, y los Inuit toman ofensa en lo de Esquimales - los Checos toman deleite en lo de Bohemia; y cuanto más eruditos, más deleite toman, a punto de que un Checo erudito en cosas checas no es un chequista sino un bohemista, y su especialidad no es chequística sino bohemística ...

* Ortodoxia - heterodoxia, antropológicas.

Ambas existen profusamente en América, según vimos. También existen en Chequia. La diferencia es que, en América, ortodoxia y heterodoxia esgrimen sus ponencias respecto a etnias ha mucho fenecidas, mientras que aquí se trata de una nación existente.
            Ortodoxia:   Checos son eslavos.
            Heterodoxia: Checos no son eslavos; son Keltas que se eslavizaron.

* Chequia - México.

En México lo vimos, en Chequia lo vimos. El entierro de un común mortal como, en ciertos países, sólo potentados lo reciben: al lento paso de una procesión fúnebre, envuelta en las sonoridades de una banda, encabezada por una personalidad, en este caso, el cura acompañado de dos acólitos, con prioridad sobre cualquier otra actividad en la vía pública.



Aquí, diferente de México: las colmenas se movilizan

* Chequia - Artico.

En el Artico, al entrar en un recinto habitado, teníamos que estar alertas si era costumbre en el lugar sacarse los botines y andar en las gruesas medias de lana; y hacerlo si así era la costumbre.

En Chequia, al entrar en una vivienda, casa o departamento, es de etiqueta ofrecer sacarse los zapatos; y la dama o el señor de la casa ya sea dirá que no es necesario, u ofrecerá un par de chinelas o zapatillas - en cual caso, hay un surtido de varios tamaños al lado de la puerta, para los visitantes.

* Chequia - México - Guatemala.

Así fue. Entre el canto rodado a orilla de un vivaracho torrente serrano, algunos destellos negros con inmediata e inconfundible reminiscencia de México y de Guatemala: obsidiana.  ¿Obsidiana en las sierras checas?

Tomamos una negrura en la mano. El mismo tacto de vidrio; la misma típica superficie de concavidades, convexidades, curvas concéntricas y aristas en todas angulaciones desde casi 180 grados a casi cortantes; la misma brillantez.

Rompimos una. Quedó en varios pedazos menores; cada uno, con las mismas características que en el bloque original; y en varias astillas cortantes y pinchantes, a veces con rebordes tan finos que eran translúcidos.