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De todos modos, aun mapas fantasmas resucitados ocasionan confusiones entre comentaristas.

Versión I. Colón, con sus conocimientos portugueses de navegación y cosmografía, no podía tomar en serio el mapa de Toscanelli, sabía que estaba fantásticamente equivocado. Sólo pretendía aceptarlo porque el mapa con su error hacía aparentar la travesía del Atlántico a Asia más factible de lo que era, lo que Colón utilizó para convencer a los Reyes.

Versión II. Si Colón hubiese realmente creído el mapa de Toscanelli, hubiese navegado más por el norte - y de paso no hubiese violado el paralelo 28.

Versión III. Colón fue víctima del mapa de Toscanelli; y no sabía en qué se metía.

1) Es obvio que versión II no tiene fundamento. Colón tenía, en base al mapa, dos posibilidades: aproar hacia Catay o aproar hacia Cipango. Y ambas direcciones, más por el sur y más por el norte, son igualmente válidas, dependiendo de la meta, y sin consideración de creer o no creer el mapa.

2) Otra posibilidad es que Colón, más que seguir meticulosamente un mapa académico de algún Florentino lejano, tomó del mapa solamente la noción del ancho del Atlántico entre Europa y Asia, y prefirió elegir su dirección en base a las más inmediatas, prácticas, vívidas, informaciones que le diera el Marinero X en Madeira.

3) Y si hubiese apuntado por el norte, y alcanzado, en vez de Guanahaní y demás islas, directamente el continente americano, lo que hubiese sido en el norte de la Florida de hoy, nos preguntamos qué hubiese pasado en vez de lo que pasó en, y desde, Guanahaní. (Ya nos planteamos una pregunta similar en cuanto a qué hubiese pasado si Colón en su primer viaje, en vez de retroceder de la costa norte de Cuba, hubiese porfiadamente continuado hacia el oeste y hubiese llegado al continente propio, en Yucatán.)

Y otra vez tropezamos con Zarco.

▓▓ ¿Será cierto que, a sólo nueve días de su grandioso viaje, Colón estaba todavía en contacto con el rey João II de Portugal?

Ello habría sido cuando João II hubiese hecho llegar a Colón tablas de declinaciones del Sol y otras informaciones cosmográficas, obras del astrónomo del propio rey, Abraão Ben Zacuto.