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>>>  Palos.  Palos de la Frontera, para mayor venerabilidad.

Y sí, las cosas son según nuestra primera impresión. Es por entre la nitidez, la frescura, del día de hoy, ni siquiera de ayer, que hay que pesquisar y descubrir los restos, mejor dicho los vestigios de los restos, de la Gran Aventura; por lo menos se los encuentra, felizmente, en orden de contigüidad.

- La plaza; mejor dicho lo que queda de la plaza, entre un costado de la iglesia de San Jorge Mártir y el pie del mogote del fuerte; en la cual, el miércoles 23 de mayo de 1492, el escribano público leyó, a no ser que el propio Colón haya leído, como se cuenta, al pueblo de Palos, la Real Provisión expedida el 30 de abril en Granada por los Reyes, por la cual se ordenaba a los Palermos que pusieran dos carabelas equipadas al servicio de Cristóbal Colón y que partieran con él.

- La iglesia de San Jorge Mártir; mejor dicho lo que hoy resulta de la cirugía cosmética a la cual fue sometida; de la primera mitad del siglo XV, o sea nuevita en tiempos de Colón; a la vez tanto fortín como iglesia, de muros altísimos, lisos y sin ventanas; con corredores subterráneos entre ella y el fuerte en el mogote; en la cual, en la madrugada del 3 de agosto de 1492, oraron y comulgaron los marineros y Colón antes de embarcarse.

El portal de esta iglesia del lado opuesto al lado de la plaza; portal de estilo original mudéjar; por donde salieron los marineros y Colón después de misa, para bajar de la explanada de la iglesia y de su plaza hacia el brazo de mar, mejor dicho de estuario, que lamía el pie mismo de la explanada.



El portal, hoy

- El brazo de estuario donde esperaban las naves - no dos sino ¡tres!; brazo extendiéndose del pie de la explanada hacia el estuario propio; hoy, más que brazo, llana hondura, extendiéndose desde el pie de la explanada hacia el estuario propio, llana hondura, ahora, en parte, tan seca que pudimos andar por ella con nuestro vehículo, y en parte, con restos de bañados y juncales, paraíso de peces, ranas, y pájaros como garzas y cigüeñas.



El brazo del estuario, hoy

   Parece que Colón cometió el mismo error que Madoc al salir de un sitio demasiado anfibio y ambiguo entre tierra y agua, que, con el correr de los siglos, al perder su agua, perdió su fisionomía histórica del momento; error en el cual no cayó Brendan al zarpar de su grieta de acantilado rocoso; por cuanto, pudimos ver esa grieta probablemente sin mucho cambio desde los años 500, mientras que con Madoc tuvimos que, y con Colón tenemos que, imaginarnos el anterior deslinde entre agua y tierra.

- El manantial; también al pie de la explanada con su iglesia, su plaza y su pueblo, todo ello, bajo el mogote del fuerte; manantial cerquita del brazo de estuario; utilizado ya por los Romanos; y provisto en el siglo XIII, como una fontanilla, de un domo sobre cuatro pilares, de estilo mudéjar; de donde los expedicionarios sacaron toda el agua potable que pudieron almacenar.