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alto, es otra cosa. Nosotros nos quedamos, en vez de esta catedral, con la iglesia de Santo Domingo en Oaxaca.

Lo que no llegamos a entender es cómo puede ser, según aprendimos expresamente en la catedral, que la Iglesia anglicana date del siglo XVI y que su diócesis más antigua, Londres, haya sido fundada ... doce siglos antes, a principio del siglo IV.

2) El palacio de Buckingham. A juzgar por su fachada, Francisco Pizarro lo tenía mejor en su palacio de Lima.

Hablando del palacio de Buckingham, a quien lograría despegarse de la hipnosis aparentemente inducida por el enrejado ceremonial frontal y por el no menos ceremonial, monumental, tocado tubular debajo del cual se logra ver al infeliz plantón de turno, el palacio también ofrece una visión de cárcel de máxima seguridad; basta, sin ir más lejos, con inspeccionar el perímetro del solar palaciego empezando con la calle a la izquierda de la aparatosidad frontal - con sus espirales de alambre de púas.



Los alambres de púa

L En posterior impresión, si todas las calles tuviesen misericordiosamente sus nombres en todas las esquinas y si se pudiese eliminar ciertos lugares famosos o por lo menos la fama de dichos lugares, Londres sería una ciudad bastante respetable, algo en la categoría de Ciudad México - felizmente sin la tremenda contaminación en Ciudad México.

L No sabemos cómo son, en la teoría y en la práctica, las leyes de salubridad laboral, pero vimos un caso de total desprecio de la salud, muy al estilo del desprecio de la integridad corporal que vimos en un taller mecánico en México. En este caso, un obrero lijando una pared de piedra con disco de alta velocidad, sin máscara en el medio de la polvareda.

L    Ciertos barrios residenciales de Londres tienen la misma norma de estacionamiento que ciertos barrios residenciales de Washington: permitido sólo por tarjeta otorgada a los vecinos - si bien nosotros, en Washington, nos estacionamos regularmente en una tal calle durante nuestra estadía, y nunca pasó nada.

L Vimos, entre las combinaciones de letras en las placas de los coches, una combinación con la cual, en Vespuccia, el coche no llegaría lejos con sus vidrios en un solo pedazo; la combinación KKK. El colmo fue ver un tal coche manejado, en perfecta inconsciencia e inocencia, por una persona de raza negra.


Sí, en Vespuccia, sería ¡out, out, out!

L Londres, como Nueva York, ofrece su lista de consejos contra asaltos callejeros. A más de las advertencias habituales, hay algunas más bien inquietantes que ni en Nueva York se dan.
1. Para peatones: caminar con las manos fuera de los bolsillos para poder defenderse más instantáneamente; llevar una alarma portátil.
2. Para automovilistas: llegar al coche con la llave lista para salida rápida; en caso de sentirse seguido, alertar otros automovilistas guiñando las luces y tocando la bocina.