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Acabamos de ver un cartel que, no hace tanto - cuando estábamos todavía descarriados por aquellos quienes tendrían que habernos dado conocimientos correctos, y cuando todavía creíamos, como millones de otras víctimas, que Inglaterra es toda esta isla, quizás con Escocia y Gales como alguna división interna - un cartel que, entonces, nos hubiese pasmado. Aquí, tierra bien adentro de la isla, tierra bien adentro de la supuesta Inglaterra, un cartel rezando "Bienvenidos a Inglaterra". En inglés y en kymrense. Hemos cruzado de Kymru a la verdadera Inglaterra.

Bristol.

Un bastión de Inglaterra contra, si no la primacía, por lo menos la exclusividad, de España en América. Utilizando un Italiano inglés contra el Italiano español. Mejor dicho un Liguro a sueldo de Inglaterra contra el Liguro a sueldo de España. Giovanni Caboto contra Cristóbal Colón. Y utilizando, para mayor poder ofensivo de doble punta, un Richard Amerycke contra Amerigo Vespucci como epónimo de América ...

(*) En cuanto a Caboto, tenemos dos versiones, cada una con su propia nebulosidad, creando, en conjunto, un campo fértil para golosos de incertidumbres. De que hubo actividad transatlántica, no hay duda; en cuanto a qué ocurrió, cómo, cuándo, exactamente - qué fue realidad, qué fue invento con propósitos inconfesables - es otra cosa.

     Versión A. (Sin muchas fechas.)

Viaje I. En una desconocida fecha anterior a 1497 - y posiblemente anterior a 1492, o sea a Cristóbal Colón en Guanahaní, según dicen, aun proclaman, los más patriotas - John Cabot (claro, era más decoroso para Inglaterra basar sus pretenciones no en un Italiano Giovanni Caboto cualquiera sino en el caballero inglés John Cabot, si bien todo el mundo sabía que John Cabot era Giovanni Caboto) se dio a la vela, bajo el patrocinio de mercaderes de Bristol hacia ... Brasil - bueno, eso era el nombre bajo el cual se soñaba, en aquel entonces, un poco genéricamente, de tierras nebulosas en las latitudes de Terra Nova y Labrador.  Regresó sin resultados.

Viaje II. Un año después de la primera salida o sea en una fecha, por lógica, también desconocida, zarpó otra vez; con la esperanza de encontrar algún paso para llegar a China.  Pero, otra vez, sin resultados.

Viaje III. Otra vez, sin especificar fecha. Sebastiano, hijo de Giovanni, trató de continuar el empeño. Y afirmó haber descubierto la entrada del estrecho transcontinental americano hacia Asia. Un error, naturalmente, sabemos ahora. Habrá sido el estuario del río San Lorenzo.

De todos modos, la corona inglesa, en aquel momento, ya había perdido interés.