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Hay el caso del cartel, en el cual los automovilistas que vienen por una calle de una sola mano ven "Permitido Estacionar", pero al dorso del cual, visto no por los automovilistas sino por los agentes de tránsito que vienen caminando a dar multas desde el otro lado, figura "Prohibido Estacionar", con el resultado de innumerables multas a automovilistas inocentes, por culpa de un cartel tramposo.

Hay el caso de los dos carteles en un mismo poste, uno, permitiendo, y el otro, prohibiendo, estacionar en el mismo sitio.



¿Cuál vale?

Y hay el caso de la intersección donde la calle transversal es de ambas manos, pero donde hay una sola flecha, haciendo creer que la calle es de un solo sentido.

Tan criticable nos pareció en Ciudad Panamá (y lo es), pero lo mismo ocurre en esplendorosa Nueva York: un cruce de calle y avenida, con la calle, y la avenida, denominadas 55, y la calle, y la avenida, denominadas 7, según los dos carteles enfrentándose en las dos esquinas opuestas.

Tan criticable nos pareció en otros sitios (y lo es), pero lo mismo ocurre en orgullosa Nueva York: carteles de regulación temporaria de tránsito que nadie remueve después de terminada la razón de la regulación.

/\  Y otra reminiscencia; reminiscencia de la fábrica de objetos de peltre, de hace tantos años, en los primerísimos días de esta Expedición; reminiscencia, más especialmente, de la aleación sin y con plata.

Bien extraña puede parecer la idea, vigente en siglos idos, de una aleación metálica de ingredientes plebeyos sujeta a impuesto, lado a lado con una aleación de lujo, por contener plata, libre de impuesto. Pero la mismita cosa es vigente hoy en día, aquí mismo, en cualquier mercado de Nueva York: simple agua de beber tiene que pagar impuesto; para evitar el impuesto, el subterfugio es simple; comprar - y disfrutar - lujosos jugos de ananás, de pomelo, otros deliciosos jugos, totalmente libres de impuestos ... Sí, así es.

/\  Medidor de inteligencia (reminiscencia de la calesita y de la ecalera mecánica de SÔo Paulo).

Estacionamiento en doble fila. ¿Quién es más inteligente - o más estúpido - aquel que estaciona en doble fila con la trompa y la cola de su coche al nivel de la trompa y de la cola del coche estacionado correctamente contra la acera (el nuestro) de manera que el estacionado en doble fila, al abrir su puerta, golpea y arruina la pintura de su propio coche y la pintura del coche ajeno (el nuestro) y, de todos modos, tiene dificultad en escurrirse de su coche; o es más inteligente - o más estúpido - aquel que estaciona en doble fila con su puerta frente al espacio vacío entre dos coches estacionados correctamente >>>>>>>>