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En la radio, desde que nos alejamos de Dallas/Fort Worth, lamentablemente, la esterilidad habitual; salvo que se está haciendo cada vez más presente la muy típica música ranchera centro-vespucciana, que tiene su indudable personalidad. Aun en la zona del metroplex, o de la bípolis, no había gran cosa más allá de música clásica.  Cómo extrañamos Radio UNAM de México.

Como frecuentemente hacemos en tales casos, revertimos a las ondas cortas; y, entre otras cosas, sintonizamos aquella radio la Voz de los Andes, de Quito; es increíble la presencia que tiene esa radio en las ondas hertzianas; innumerables veces la sintonizamos desde los mil y un lugares donde estuvimos - y sin buscarla, por casualidad.

El pronóstico para mañana es bastante desagradable: lluvia congelada o nieve; una cosa es viajar en el Artico, incluso sobre el océano Artico congelado, sobre hielo y nieve resecados por fríos de 30 ó 40 grados bajo cero, y otra cosa es arriesgarse sobre algo medio congelado medio derretido, como pista para patinadores sobre hielo, con el riesgo adicional de otros vehículos alrededor, como obstáculos aleatorios, para hacer el juego más mortal.

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Esta mañana, qué suerte que la meteorología sea sólo un arte y no una ciencia: en vez de lluvia congelada o nieve, tiempo seco y ... soleado. Adelante, a cruzar de Mizurí al estado de Kentucky, hacia nuestra próxima meta, la Cueva del Mamut (Mammoth Cave).

Tiempo soleado sin duda, pero es obvio que es la primera vez en mucho tiempo, por las grandes zonas bajo agua.

En el pueblo de Princeton, todo el estacionamiento del centro comercial, o sea muchas hectáreas, transformado en laguna; los negocios, inundados; y el tráfico, desviado, por corte de la carretera.



El Centro Comercial

Princeton, estado de Kentucky, hay que repetir, porque este topónimo, como es la costumbre con muchos otros topónimos en Vespuccia, se repite en varios estados.

Otra vez, la carretera cortada; pero, esta vez, con una enojosamente larga circunvención. Nos acordamos de nuestros heroicos vados, especialmente entre Bolivia y Chile.

Para evitar el desvío, nos metimos en el agua - despacito, despacito, para no levantar olas; y estamos del otro lado.

De vez en cuando, nos vemos en el Brasil, más específicamente en su parte selvática; ello, cuando vemos, de vez en cuando, bosques siendo desmontados, >>>>>>>>