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■■ Estamos muy agradecidos al Administrador del sitio por habernos permitido estacionar nuestro vehículo durante todos estos días en el refugio del estacionamiento particular del Instituto Nacional de Antropología e Historia para evitar la romería y sus incógnitas del estacionamiento general.

■■ La joya colonial más pequeña del mundo.

Muy caóticos fueron los 6 kilómetros de camino de tierra, con la insistente duda, cada hectómetro: ¿vale la pena - vale la pena?

Apenas ingresamos a nuestra meta, supimos que sí valió la pena. Otro ex-convento con su iglesia. Pero, qué convento. Diferente de cuanto ex-convento que vimos hasta ahora. Agachando la cabeza para pasar por el portón de entrada, raspando la cabeza contra la bóveda al caminar por el corredor, agachando la cabeza para entrar en las celdas, viéndose de la misma altura que las columnas del jardín ... Un convento casi de muñecas (o muñecos).

Y nadie sabe por qué. Se supone que era para una congregación de frailes enanos. Esta, la única explicación - salvo que era para frailes penitentes o humildes. Qué intimidad, qué paz, en este mini-convento donde los arbustos llegan a los dos tercios del piso alto.

También de interés son los murales - más bien dibujos sobre muros; demuestran que no todo arte eclesiástico es necesariamente acabado; a punto de presentar a Cristo algo como un Vikingo o un fornido campesino - lo que, después de todo, es quizás más sincero y verídico que las versiones académicas del mismo tema.  Muy interesante.  El convento de San Nicolás Oxtoticpac (Ostoticpac).



Božka en el convento

La iglesia, por otra parte, es de tamaño normal, se supone porque estaba destinada a feligreses de tamaño normal ...

El taller de esculturas en obsidiana.

O, cómo se crea dioses en un velo de bochinche y polvareda, en frente de una docena de discos, desde abrasivos hasta pulidores, desde grandes hasta chiquititos-como-fresas-de-dentistas, para propiciar buena lluvia y, sobre todo, buena cosecha de dinero turístico.

O, los aspectos desconocidos de la obsidiana, nunca vista en público sino en su negro resplandor.

El aspecto granulado, color herrumbre, tal como viene de los yacimientos, porque parece que no se presenta en derrames monolíticos que hay que despedazar, sino en bloques de formas indefinibles que hay que escarbar de la ganga envolvente.

 El aspecto raspado, color gris, cuando los dioses van tomando forma contra los discos abrasivos.