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Esta mañana, solucionada la confusión de las dos piezas, con la más increíble e inesperada explicación: nosotros no nos equivocamos, estas dos piezas no están acá, están en El Baúl; lo que se ve aquí es ... réplicas. Ahora, por qué alguien sintió la necesidad de colocar aquí - en una finca de trabajos agrarios, y con sus propias piezas arqueológicas no en exhibición sino tiradas en el suelo porque en alguna parte tienen que estar - copias de piezas de otra finca, es algo inexplicable. Debe de ser totalmente sin relación con ello que esta finca se llame Las Ilusiones.

Ilusiones, empero, no son algunas piezas auténticas que la finca Ilusiones posee:

▪ esculpido en piedra, un torax y las vértebras del cuello, resto de un esqueleto que se ve que originalmente estaba completo;

▪ esculpido en piedra, algo que tiene la forma exacta, en tamaño para un super-titán, de un reloj de bolsillo de nuestros abuelos, incluyendo la perillita para darle cuerda, y las horas en el cuadrante; sólo faltan las agujas ...;

▪ grabados como copias carbónicas de grabados vistos en el Chichén ya Itzá o sea bajo influencia exterior;

▪ relieves de cabezas de raza totalmente diferente de la maya o tolteca, algo parecido - inclusive el tocado - a las clásicas cabezas de los paraborígenes centro-norteamericanos.


Sí, muy curioso

Como El Baúl no está demasiado lejos, ahí vamos, a comprobar que nuestro recuerdo no es una ilusión.

El Baúl (II). Nuestro recuerdo no es ilusión; aquí están los originales de nuestro El Baúl I; interesante es notar que aquellas réplicas son más bonitas - más detalladas - que estos originales; en realidad, por lo visto, no son en verdad réplicas de las piezas como éstas son sino reconstrucciones del estado original, inferido de los detalles, hoy, ya casi invisibles.

Por otra parte - como ya ocurrió en otras oportunidades, en otros sitios - nos encontramos, aquí, con un cambio en relación con la situación existente durante nuestra primera visita; ahora, las piezas arqueológicas, en vez de desparramadas entre o contra vegetación, agradablemente destacadas en sus marcos verdes, fáciles de apreciar, se encuentran hacinadas debajo de un tinglado, sin luz, sin espacio para apreciarlas; parece que nunca un cambio es para mejor.

Hacia la frontera mexicana; quizás con una parada en otro sitio arqueológico - si lo encontramos, Abaj Tacalic.

Cañaverales y más cañaverales.

Otra vez, la sorpresa inexplicable de vacunos ... suizos en clima baritropical.

Por acá, nada del pintoresquismo de las indumentarias paraborígenes serranas de la otra carretera; el prosaísmo más utilitario.