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Volviendo a lo de Enid-In'd, es ésta una ilustración de la tendencia del idioma inglés a invertir vocales - no vocal por vocal, sino apertura-de-vocal por apertura-de-vocal.

Por ejemplo, dólar - con la o, vocal cerrada, y la a, vocal abierta - se pronuncia aproximadamente dáler - y mejor, dál'r - con la primera vocal, en vez de cerrada, abierta, y la segunda, en vez de abierta, cerrada, todo al revés; o búfalo, cambiando la u cerrada en a abierta y la a abierta en e cerrada, pronunciado aproximadamente báfelo. Se podría escribir todo un tratado. Así es que tuvimos los oídos perforados por In'd, cuando, para nosotros, era lógicamente Enid. Y, naturalmente, una persona llamada Edith, no reaccionaría a Edith sino a Ideth; y una persona Isaac, no reaccionaría a Isaac sino a Aisic; etc.

La increíble absurdidad de la gramática inglesa y el trágico obscurantismo conceptual de los Anglófonos son otros dos capítulos de fascinación; pero mientras estábamos grabando lo anterior, llegamos a los aledaños de la ciudad de Oklahoma, así que habrá que dejar absurdidad, obscurantismo y fascinación para más adelante, juntamente con los varios otros temas generalizados que ya esperan momentos menos hécticos de esta Expedición.

Cuanto más nos acercamos a la ciudad, tanto más numerosas son las bombas de petróleo funcionando en los campos. Es una combinación un poco paradójica, pozos de petróleo incrustados en campos de trigo naciente.



Una tal bomba

No sabemos cómo será la ciudad de Oklahoma propiamente dicha, pero aquí, en el suburbio que estamos atravesando en este momento, ya vimos cosas para notar.

Hay aquí casas, y el núcleo que forman, totalmente en contra de las costumbres que vimos hasta ahora en Vespuccia. En contra de lo habitual, las casas tienen refinada elegancia, parecen construidas de ladrillos verdaderos, no tienen césped todo alrededor, sino apenas una muestra de césped por delante, vale decir que están bastante apretujadas; y el núcleo así formado está totalmente separado de la carretera y del mundo por un cerco de palos a pique más alto que una persona.

Un poco a contrapelo, o quizás como extremismo en elegancia, un detalle que tuvimos que observar un par de minutos antes de empezar a creer nuestros ojos es que, mientras todos los céspedes frontales están quemados por el frío, un césped es de un verde glorioso y agresivo - y, tuvimos que convencernos, artificial; resulta que dicho césped lo han pintado con pintura a soplete - estas cosas hay que verlas para creerlas; nosotros la vimos y todavía no la creemos, pero sí, fue así.

Por el mapa, acabamos de cruzar la ciudad de Oklahoma, pero por nuestra impresión, no hay tal ciudad. Hay, sí, una colección de barrios de varios tipos - barrios bien puestos, comerciales, humildes, industriales, hasta hay un barrio de edificios gubernamentales de cierta importancia - pero no hay >>>>>>>>