español english français česky

Una ciudad, sin duda extensa - se calcula de unas 50.000 personas, por los numerosos montículos delatando ruinas, desparramados sobre kilómetros; pero montículos pequeños, faltos de forma y de significado. Una ciudad tal vez más comercial que ceremonial, por los muy escasos restos de mayor volumen, y aun cuando mayores, amorfos; empero, entre estos mayores, pertenece, hay que reconocer, el sostén templar se dice que más alto de todo Yucatán, de 120 escalones, de nombre Nohoch Mul, tal vez conteniendo, adentro, dos estructuras similares encamisadas; pero puro volumen no es sinónimo de interés. Una ciudad no sólo muerta sino enterrada bajo sus propias piedras. En los muchos demás sitios que ya visitamos, y muchos son, aun las más abandonadas ruinas guardan algo de su antigua tradición, ni las más abandonadas están tan mortalmente aplastadas por el peso de los siglos como éstas.



Uno de los restos

Y el féretro de Cobá está sellado con 20 ó 30 clavos; son las 20 ó 30 tabletas de piedra, ex-grabadas, ex-estelas, enteras como tabletas, pero con los relieves, en un 90/oo de las tabletas, totalmente comidos, idos, desaparecidos.

Piedras desmoronadas pueden haber caído en relativamente poco tiempo, y se las puede reponer, pero grabados pétreos tan profundamente obliterados son el indicio de un largo proceso y son el sello de la irremediabilidad de la muerte en Cobá.

Todavía queda tiempo, hoy, para llegar a Cancún.

Cancún.  Todavía queda tiempo, hoy, para intentar una llamada a Nueva York.

Muerte de una ilusión. El servicio telefónico internacional para los gringos de Cancún es a la mexicana.

Primero, fuimos al centro de informaciones turísticas para la ubicación de alguna oficina de llamadas internacionales. No encontraron otra cosa mejor que mandarnos a "cualquier hotel". Cuando insistimos que debe de haber alguna oficina directa de la empresa telefónica, nos dieron una dirección "Avenida Labná, al lado de la Cruz Roja". Al instante, nos sentimos en Panamá, con direcciones, al lado de, frente a, detrás de, algo. A recorrer la avenida Labná, en busca de la Cruz Roja y, a su lado, de la oficina de teléfonos. Sólo para descubrir que, en dicha dirección, únicamente hay instalaciones técnicas sin contacto con el público.  ¿Y ahora?

Preguntando, preguntando, por las calles, descubrimos una caseta oficial de llamadas internacionales. Un desastre, un conventillo, una romería; veinte personas esperando, hablando sin medir sus voces, un niño llorando por encima de todas las demás voces, y la madre platicando con total despreocupación del niño. Los teléfonos, sin cabina, colgados lado a lado en la pared de cemento, sucia, mugrienta, en el medio de ese loquerío, sin siquiera una vulgar tablilla para poder colocar un papel y escribir si fuese necesario.  Es que >>>>>>>>