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metros de circunferencia. Así, los iones pierden sus dos electrones agregados y quedan los protones, los que están progresivamente acelerados desde los 200 millones de electrón-voltios de entrada a una energía de 8.000 millones de electrón-voltios.

    4) Entonces, un conmutador magnético desvía el torrente de protones por un tubo al vacío hacia el acelerador circular principal. En este acelerador circular final, todo lo anterior se repite, salvo que a escala titánica, ahora con una circunferencia de 6,3 kilómetros. Aquí, los protones están arrastrados, en siempre mayor aceleración, unas 200.000 veces alrededor de esa circunferencia - ¡200.000 veces! - concentrados en un torrente no más grueso que un lápiz, en un conducto al vacío, de acero inoxidable, de no más de 5 x 12 centímetros de sección, provisto de algo de mil electroimanes, en el cual ningún protón debe, o debería, desviarse - lo que siempre quieren hacer por repulsión entre sí - y tocar las paredes; de manera que, aquí, ese torrente de protones alcanza una velocidad de unas 50.000 vueltas por segundo, casi la velocidad de la luz, y una energía máxima de 500 - en la práctica 400.000 millones de electrón-voltios.



El acelerador circular principal visto desde el décimoquinto piso

    5) Y finalmente - por medio de un cambiavías electromagnético, una complicadísima estructura de algo de 100 electroimanes - se lanza el torrente de protones hacia uno, o varios, de varios laboratorios de experimentación, a varias distancias, entre 1 y 2 kilómetros del cambiavías, para investigaciones no solamente de los protones como tales sino de otras partículas para las cuales los protones son la materia prima, la fuente.

Pero hasta ese punto, aun cuando ya tanto ocurrió, todavía nada ocurrió, en el sentido de que todavía no se llegó a la razón de ser de tanto esfuerzo, no se llegó a investigar; y todavía falta una fracción de fracción de segundo en la carrera de los protones - lo que es suficiente para algunas cosas notables adicionales.

•) Empezando con lo más simple. Para la investigación de protones como tales, el torrente de protones pasa por un dispositivo que lo parte en tres sub-torrentes, de manera que tres laboratorios a la vez tienen su propia fuente de protones acelerados.

Y se puede empezar a investigar.

•) Pasando a algo más complejo. Para la investigación de mesones, primero, el torrente de protones se parte en dos sub-torrentes; luego, cada sub-torrente se intercepta con un apropiado objetivo de metal, de cuyas respectivas colisiones resultan dos flujos de partículas que tendrían que ser los apetecidos mesones; y finalmente, se divide estos flujos de mesones en seis separados rayos apuntados a seis diferentes estaciones de trabajo.

Y se puede empezar a investigar.