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Volviendo al "país de los Tais", ¿por qué no acuñar una palabra de cariz hispano para no insultar a los Tais en castellano con una desinencia improcedentemente anglosajona? Si el idioma checo supo acuñarse la palabra de pertinente desinencia eslava Thajsko ¿por qué no podría el castellano acuñar la palabra Taia, por ejemplo, de desinencia hispana? China, India, Taia. ¿Cómo les gustaría a los respectivos interesados escuchar hablar de Chilelandia, Québeclandia, Españolandia?

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Esta mañana, de vuelta al estado de Tenesí, pero un poco más adentro; con recelo y esperanza; hacia nuestra próxima meta, un llamado Viejo Fuerte de Piedra, del cual nada sabemos, sólo insinuaciones; cerca de la ciudad de Manchester.


Vista típica, desde la autopista I-24: carteles altísimos

Parece que, en este caso, como en tantos otros, cruzar una línea política significa también pasar de un contexto geográfico a otro; aquí, no más íntimas ondulaciones, todo, más abierto, más amplio.

Vimos el Viejo Fuerte de Piedra - bueno, es ésta una exageración; vimos el sitio del Viejo Fuerte de Piedra - y ésta es una afirmación indudablemente preñada de peligro. La única afirmación que se merecería un consenso general sería que vimos un resto de ruina. Apartarse de ello sería exponernos al fuego cruzado de cuatro facciones antagónicas, dos facciones peleando en cuanto al origen de la cosa, y dos facciones peleando en cuanto a la función de la cosa.

La cosa es - o más bien era - una explanada natural sobre-elevada, de unas 16 hectáreas, delimitada y protegida, sobre parte de su perímetro, por las barrancas a pique o muy empinadas de tres lechos de corrientes de agua; y delimitada y protegida, sobre las restantes partes de su perímetro, por una muralla de cercamiento adaptándose a las dificultades naturales del terreno - cuanto más eficaz la protección natural, tanto menos pared, o ninguna; cuanto menos protección natural, tanto más pared; y protegida por una entrada bastante complicada como para impedir un paso no autorizado - una entrada en forma de largo corredor entre dos murallas, no muy diferente de la que vimos en Cuélap.

║ De todo ello, nada queda, hoy, salvo elongados, aplastados, montículos de piedras y tierra a lo largo de las ex-paredes; en algunos sitios, ni las ruinas quedan, por haber sido utilizadas como canteras de fácil extracción durante los cien últimos años.

Con todo, cortes arqueológicos a través de secciones menos destruidas revelaron una curiosa estructura de las murallas: en realidad, dos paredes paralelas, separadas por un corredor interno pavimentado de lajas de pizarra.