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El primer impacto es, inevitablemente, el sobrecogedor cantil de granito; llamativo no sólo por su tamaño sino por su incongrua suavidad de forma y de superficie. Para nosotros, hay el interés adicional de saber que estamos mirando el mismo batolito de granito de Elberton; allá, empujado a sólo ras de tierra, aquí, exprimido de la costra terrestre como un cerro, y entre los dos sitios, hundido todavía a profundidades de kilómetros.

Lamentablemente, el grupo escultórico sufre de este gigantismo de su batolito de base.

La primera impresión del grupo escultórico es desilusionante, en una superficie de granito que podría llevar 15 ó 20 grupos escultóricos iguales. Es sólo a medida que se va aprendiendo las estadísticas que se va visualizando y apreciando la magnitud de la escultura:

su superficie trabajada es de 1,5 hectárea;
su hueco más profundo está a 3,6 metros horizontales de receso de su punto más prominente, y a 12,6 metros horizontales de receso de donde estaba la faz original del cerro;
los escultores podían pararse en la punta de oreja del caballo y, en caso de lluvia, esconderse en - la boca del caballo;
en 1925, se sirvió un almuerzo, almuerzo formal, para 21 personas, sí, allá arriba, en la escultura entonces en su principio, con mesas, sillas, caballeros de sacos y corbatas, y damas con sombreros de rigor - todo, en el hombro de uno de los personajes, hombro luego cambiado en las vicisitudes de la escultura;
  otro almuerzo-hazaña fue celebrado en circunstancias idénticas en 1970, como para impresionar a cualquiera.

Así como ocurre en el caso de la mega-escultura rupestre del Mount Rushmore, lo esculpido aquí, grandioso como es, es mucho menor de lo originalmente soñado; se había considerado siete figuras a caballo entero y todo un ejército acompañándolas; ahora, hay sólo tres figuras a caballo, más propiamente a medio caballo; son las más importantes de la Confederación: el presidente Jefferson Davis, y los generales Robert E. Lee, y Thomas Stonewall Jackson. Naturalmente, queda lugar de sobra para ampliar y completar la obra, dinero mediante.


Stone Mountain: el "Mount Rushmore" confederado

Así como ocurrió en el Mount Rushmore, la ejecución fue llena de peripecias. Basta decir que, en 1912, la escultura a la Confederación existía sólo en la imaginación de una mujer, y que fue recién en 1972 que la obra fue terminada en su estado actual. Vale decir, incidentalmente, que la obra vio la misma evolución en el tallado del granito que las canteras de Elberton, desde los taladros neumáticos y la dinamita hasta los lanza-llamas cinco veces supersónicos; con la diferencia de que aquí, en verdadero refinamiento artístico, se utilizaba varios tamaños y potencias de lanza-llamas para las sutilezas de la obra; con el lanza-llamas, un escultor, además, hacía, en un día, el trabajo de 48 hombres en una semana con las herramientas anteriores.