español english français česky

Contra nuestros deseos habituales, estamos viajando por una autopista, vale decir que no vemos nada salvo la autopista, pero no hay elección. Apenas podamos, volveremos a viajar por carreteras menores para realmente ver cómo son las cosas - aclarando otra vez que estas carreteras menores serían perfectas rutas nacionales en otros países.

Como para proveernos de un fuerte y oportuno contraste, alcanzamos el pueblo de Aiken, topónimo símbolo para nosotros de la Patagonia, y por ende de sus soledades, porque es un topónimo varias veces repetido en aquellas extremidades del continente.

Felizmente, aquí mismo pudimos desviar por rutas menores.

Vamos a pernoctar, a falta de mejor oportunidad, al borde de la ruta, a la entrada a un sitio abandonado con sólo los restos de una casa quemada, vale decir con sólo la chimenea de ladrillos, y nada más; que es lo que ocurre habitualmente en Vespuccia, por ser las casas construidas de cualquier cosa menos de material in-inflamable, salvo la chimenea.


Y no es un caso aislado

En estos últimos días, ya vimos una cantidad llamativa de casas así reducidas a cenizas salvo el dedo de la chimenea apuntando como con tono de reproche al cielo; cuando la culpa la tiene la sociedad que tiene dinero para todo salvo viviendas de mampostería.

. .
*

Esta noche, tuvimos la visita de la policía, pero no tanto para indagarnos como para ver si teníamos algún problema. La policía sólo miraba; fuimos nosotros quienes empezamos a hablarle.  No nos pidió nada.

Esta mañana, hacia la ciudad de Columbia, con el mismo propósito que nos llevó a Augusta.

Acabamos de ver un grandísimo cartel, que nos desveló fehacientemente un aspecto de las casas alargadas sobre ruedas - su durabilidad; o que, quizás, sólo dio substancia a una insidiosa sospecha que siempre teníamos respecto a su durabilidad: ofrecía orgullosamente, vale decir sin duda como una bonanza, una garantía de duración de las casas de ... cinco largos años.

En la ciudad de Columbia (que es la manera vespucciana de escribir Colombia), diez laboratorios fotográficos, ninguno para nosotros, ninguno que tenga la maquinaria, el papel, el tamaño, la calidad, que queremos - y que use guantes.

Por otra parte, aprendimos, con el apropiado espanto, que, en esta Carolina del Sur, estamos en uno de los estados de Vespuccia más histéricos en el consumo de bebidas alcohólicas; según rezan inequívocos carteles, el consumo, >>>>>>>>