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Una empresa quizás un poco menos asombrosa pero más difícil - porque realizada no con la corriente sino contra la corriente - fue aquella del Portugués Pedro de Teiseira - o Teixeira, pero cuando Portugal y España estaban bajo la misma corona - quien subió este mismo río de las Amazonas, casi 100 años más tarde; llegando hasta Ecuador, y dejando un marcador en la confluencia de los ríos Napo y Aguarico.

Nadie cree mucho en la existencia de verdaderas a-mazonas; así que teorías a manera de hermenéutica del relato no faltan.

1) Mujeres guerreras sin hombres.
2) Hombres con cabellos largos y en camisolas.
3) Mujeres tan bravas como sus maridos en el manejo de arcos y flechas en la >> defensa de las tierras tribales contra los intrusos.

De todos modos, Orellana, muy culto - ¿o habrá sido otro, en base a lo contado por Orellana? - vio la relación del caso con la legenda paleogriega de mujeres tan guerreras que se amputaban en a-mazonas para mejor manejar arco y flechas; en el Cáucaso.

Y ahora, ahí está el famoso "encuentro de las aguas" - de las aguas, grises-limosas del río de las Amazonas, y negras del río Negro; más exactamente, de las grises-limosas del Solimões, y no del Amazonas, viniendo desde nuestra izquierda por atrás, y de las negras del río Negro viniendo desde nuestra izquierda por delante, y ambas yéndose a nuestra derecha con el nombre de Amazonas, pues.


El encuentro

Francamente, no es gran cosa; con nuestras debidas disculpas a la fanfarria publicitaria que lo llama un espectáculo impresionante. Este fenómeno de dos aguas de colores diferentes que se encuentran y guardan por un tiempo sus colores respectivos lado a lado, vimos quién sabe cuántas veces en arroyos, en arroyitos; incluso, una vez entre tantas, en Yukon. Lo impresionante, en este caso, es lo intelectual, es el saber que estas aguas fluyen lado a lado sin mezclarse durante casi 18 largos kilómetros.

También es interesante saber que los peces de cada agua se quedan en su tipo de agua, como si la otra agua no existiese, cuando parecería que sería tan fácil y normal nadar de agua a agua, ya que todo es agua.

¿Y qué pasa, finalmente, con estas aguas de dos colores? Eventualmente, las aguas negras desaparecen y el color gris amarillento del Amazonas ni se oscurece.

Hablando de peces, pirañas no son todas peligrosas; solamente 4 especies entre unas 25 lo son. Hablando de pirañas, están en aumento porque se mata demasiados cocodrilos que las comen.

Cuarenta minutos de travesía.

Vamos a dormir en lo alto de la barranca que es la orilla norte de las aguas.