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la dignidad e integridad física humanas; también íbamos a decir contra la inteligencia humana, pero de ésta, estamos descubriendo a lo largo de esta Expedición, no hay mucha en este planeta.  Era como para huir.

Los lugareños, ellos, aunque quisieran, no podrían huir, por la atadura de su servidumbre de su gleba, cualquiera sea la forma que ésta tome para cada cual. Pero, nosotros pudimos huir; y huimos.  Increíble.

Una hora más tarde. Todavía sentimos la cabeza sacudida por dentro. ¿Y es un atorrante político utilizando semejantes medios que se quiere hacer elegir a una función pública? ¿Y son todos los embrutecidos ciudadanos que se aguantan tamaño atropello que van a tener el poder de elegir a los gobernantes? ¡Qué farsa democrática es ésta!  Y el circo pre-electoral vespucciano no es mejor.

Para salir de la ciudad, tropezamos con las habituales deficiencias de indicaciones viales. ¿Y serán estos idiotas, que no saben poner el cartel correcto en el lugar correcto, que no saben encauzar el tráfico correctamente, que pretenderán tener la capacidad de encauzar un país, ya sea como electores o como elegidos?

Ahora que, falta de eficiencia evidentemente no significa falta de poesía - y muy convincente en sus propósitos.

Por ejemplo, un cartel repite, de vez en cuando, "Su sueño al volante podría volverse eterno"; otro cartel repite, de vez en cuando, "El último día de su neumático podría también ser su último día".

Y todo lo malísimo de Fortaleza no significa que Fortaleza no tenga sus chispitas de interés.

La primera construcción europea en este sitio fue un fuerte holandés; otro caso de rivalidad entre los demás Europeos y los Portugueses en la conquista de estas tierras.

En los tiempos cuando estas costas no estaban todavía subyugadas por hormigón, cuando lo único que se hacía por aquí era pescar para subsistencia, los pescadores se habían desarrollado una embarcación cuadrada y muy chata para adaptarse a las playas con falta de agua profunda natural; se concentraban en la llamada Volta de Jurema. Hoy en día, Volta de Jurema es el nombre de un gran hotel turístico, y el mar tiene la larga cicatriz de un muelle de hormigón extendiéndose en procura de aguas más profundas lejos de las playas. Sin embargo, en el medio de todo este tumulto, una pequeña cofradía de pescadores todavía se aferra a sus costumbres y a sus chatitas de antaño.



Las jangadas en Volta de Jurema

Aquí mismo, donde estamos estacionados para la noche - otra vez en el medio de palmares - recibimos algo bueno de Fortaleza, por medio de las ondas hertzianas: sintonizamos su estación de la universidad; primero, tropezamos >>>>>>>>