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Esta madrugada empezó con la inesperada visita de algún guardián de la zona, quien vino a investigar qué hacíamos; le explicamos nuestros propósitos, nos hicimos amigos, y él nos mencionó que justamente ahora es la época de cosecha de cranberries y nos dijo que nos va a llevar a un lugar donde están cosechando en este mismo momento; y que va a volver a buscarnos dentro de media hora.

Efectivamente, está de vuelta nuestro guardián - y nos trae una sorpresa en la forma de una bolsa llena de cranberries; y nos va a llevar al lugar de la cosecha.

Acabamos, pues, de observar la cosecha del productor más grande de la Tierra de cranberries.

Debe de haber pocas frutas que se coseche así.

Las plantas de esas bayas tienen tan sólo unos quince centímetros de alto, pero crecen muy tupidas; parecen realmente una inmensa alfombra formada por el tejido de sus hojitas y ramitas.

Las bayas se las podría cosechar, y a veces hasta se las cosecha, simplemente arrancándolas de las plantas, por medios mecánicos se entiende, y colocándolas en cajones para llevarlas; pero con este sistema, que se llama en seco, hay mucho desperdicio porque muchas bayas caen al suelo y las plantas son tan tupidas que estas bayas no se puede recuperar. Entonces, el modo de cosecha que se utiliza con preferencia, el que nosotros recién vimos, es una cosecha por inundación; y ello funciona como sigue.

» Primero, se inunda el campo de cranberries - pero sin llegar a cubrir las > plantas totalmente;
» luego, se le pasa una máquina de paletas para sacudir las plantitas al ras > del agua, para aflojar todas las bayas;
» luego, se agrega más agua, para inundar el campo por completo de tal manera > que las bayas ahora flotan todas en la superficie del agua bien por encima > de las plantas propiamente dichas;
» luego, se barre las bayas dispersas en la superficie del agua hasta >>juntarlas en masas bien condensadas en un corral flotante;
» y finalmente, de ahí, es una cosa bien simple llevarlas por medio de una >>cinta sin fin hacia un camión esperándolas para acarrearlas a fábricas donde >>se las envasa o reduce a jugos.



Del agua a la cinta sin fin

La gente aquí fue realmente muy amable con nosotros y, cuando nos despedimos, nos dio otra vez una enorme bolsa de cranberries. Ahora vamos a tener cranberries para comer por lo menos para los próximos quince días. Parece que estas bayas son buenas para los riñones y que, en la zona, hay menos problemas con riñones que el término medio nacional.