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Lamentablemente, la razón también tiene que decir que ese caudal, en sus altibajos, ya no está regulado por la naturaleza en sus ciclos anuales, los que, en el peor de los casos, se pueden tomar como fuerza mayor, sino que está regulado por el frío, calculador, interés humano, en varias represas aguas arriba, en Brasil, lo que frecuentemente empeora las cosas. Cuando, hoy en día, realmente escasea el agua por naturaleza, escasea aún más herméticamente por el cierre de las compuertas brasileñas. Entonces ocurre - ocurrió hace seis meses - que las famosas, las magníficas, cataratas se quedan secas. Cuando, hoy en día, realmente sobra el agua por naturaleza, allá, aguas arriba, largan sus excedentes, y el agua sobra todavía más, catastróficamente - hace un año, un tal alud se llevó costosas pasarelas a lo largo de las cataratas.

Asimismo, lamentablemente, la razón también tiene que decir que hay más cosas en el agua que lo que ven los ojos, o quisieran ver los ojos. En un recorrido de 1.300 kilómetros antes de llegar a las cataratas, el agua sirve de desagüe y vehículo a todas las aguas urbanas e industriales contaminadas de sus orillas, de manera que toda esa cloaca - salvo lo poco eliminado por sedimentación y oxigenación en los últimos 50 kilómetros, donde ya no hay gente y su contaminación - toda esa cloaca pasa ahí, ante la mirada maravillada e ignorante de la gente.

Y maravilloso es, así o así, dice la realidad - mientras que las cataratas del Niagara, aun liberadas de su tremenda contaminación, no dejarían de ser la cascada parroquial que son.

Incidentalmente, ¿por qué las cataratas del Niagara son más conocidas que las cataratas del Iguazú? Porque tienen más bombo publicitario y se encuentran más cerca del sobrepoblamiento. ¿Por qué el cañón del río Colorado es más conocido que las cataratas del río Iguazú a pesar de, por todos sus méritos, no valer más que las cataratas del Iguazú? Porque tiene más bombo publicitario y se encuentra más cerca del sobrepoblamiento.

Las cataratas no son la única cosa por acá. Hay más de 2.000 especies conocidas de plantas; más de 400 especies conocidas de aves; y especies de insectos, más de lo que se pueda contar.

* Entre las plantas, una es muy siniestra sin duda. Es el árbol ibapoí o guapoy, árbol asesino de otros árboles.


El ibapoí envolviendo su víctima

Sus frutas nutren a pájaros y mamíferos. Por éstos, las semillas van a parar en rugosidades de otros árboles. Ahí germinan. Sus raíces, entrecruzándose alrededor del tronco del árbol huésped, en procura del suelo, forman una red cada vez más tupida que desagradecidamente vuelve el huésped en prisionero. Y cuando las raíces alcanzan el suelo y adquieren mayor vigor, crecen en diámetro hasta unirse en un tronco macizo alrededor del tronco del árbol original, sofocando ahora despiadadamente al huésped original, que muere así por asfixia y cuyos restos quedan sepultados adentro. De manera que, cada vez que se ve un ibapoí, es pertinente preguntarse qué víctima se pudre, o está podrida, en ese dendrófago.