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  » Contribuyó al reconocimiento internacional definitivo de Uruguay como entidad soberana intocable.
  » Contribuyó al espíritu de argentinidad de los Argentinos.

A» Una mañana, teníamos que haber tenido lo que pensábamos que sería una entrevista de televisión, pero, cuando nos enteramos de que sería sólo un corte de noticias, rehusamos, y se habló de otra cosa.



De paso, un edificio "con pollera" en Asunción

La otra cosa fue que el camarógrafo conoce personalmente ciertos de los vestigios paravikingos y que, según él, hay una trocha carreteable hasta distancia caminable de los yacimientos, lo que es en total contradicción con lo que nuestro informante histórico nos había dicho, a saber que son necesarios tres días a caballo desde el asentamiento más cercano.

Con la información de los tres días a caballo, nos había parecido inútil meternos en una miniexpedición para sólo ver las inscripciones cuando ya las habíamos visto en fotografías, y cuando lo más importante era su contexto especulativo histórico; pero, con la nueva información, se nos había abierto una nueva perspectiva - siendo lo malo de la situación que los dos datos contradictorios eran uno a uno, un empate, sin razón de creer uno más que el otro.

Fue el punto de partida de una intensa búsqueda de la verdad verdadera, en la cual también invertimos muchos mediodías, sin más resultado de que la accesibilidad no es tan mala como nos había dicho el estudioso pero ciertamente no tan viable como decía el camarógrafo. Así que todavía no sabemos qué vamos a hacer al respecto.

A» Una tarde, toda vida se paralizó en el Paraguay; apenas si el Sol siguió su curso. Paraguay jugaba contra Bélgica en el campeonato mundial de balompié, en México. Un velo de total silencio y soledad cayó sobre Asunción. Todo cerró. En las escuelas, los niños se agolparon alrededor de televisores. Nosotros quedamos pues estacionados tranquilamente en la calle, a la sombra de un árbol, haciendo nuestras cosas, respetando y aprovechando lo sobrenatural o prehistórico de la tranquilidad.

Estábamos tan sumidos en nuestros trabajos que ni siquiera teníamos consciencia de por qué estábamos donde estábamos, cuando, de repente, invadió el silencio una mareada de centenares de voces, desde todas partes, pero de ninguna parte identificable, porque no se veía a nadie - una sensación extraña, como de otro mundo, con ráfagas de cohetes de estruendo mezclándose con la inmensa voz colectiva.

Vueltos a la realidad de los históricos acontecimientos en progreso, no cupo la menor duda de que Paraguay se había apuntado un tanto. Nos sentimos tan Paraguayos como los Paraguayos - como siempre nos es fácil sentir empatía por los problemas y las alegrías de los países donde estamos.