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Volviendo a lo de la rueda encaprichada, mañana iremos a otro taller a ver si tienen mejores ideas o mejores implementos de trabajo, pero así no se puede viajar. No es cuestión de los frenos, es el fantasma de una goma pinchada que no se pueda cambiar. Nos estremecemos al pensar desde cuándo andamos así. Se pegó la rueda ciertamente después de La Paz porque allí fue desmontada; pero nada más que la noción de que posiblemente, o probablemente, anduvimos por el paso de Huaitiquina con una rueda incambiable nos deja muy pensativos. Mañana, veremos pues, y esperemos que los golpes de hoy no habrán dañado el retén o el rulemán del eje.

Queda un ratito para unas últimas observaciones de Tucumán.

\tc/  En Tucumán, logramos en cinco minutos un milagro que no nos fue posible materializar en varias semanas en La Paz: a saber hacer poner plantillas internas nuevas a unos zapatos. En La Paz, no hubo manera de conseguir, por más que tratáramos, otra cosa que cueros totalmente inadecuados, incluso, un remendón quiso ponerle cuero de suela adentro; y los precios, exorbitantes. Aquí, conseguir un cuero fino, flexible, y un precio económico, fue cuestión de entrar en el primer taller de remiendos de zapatos. Dos mundos diferentes hasta en cosas tan básicas.

\tc/    Aquí también hay gitanas, de las tradicionales, vestidas a lo tradicional, y naturalmente tratando de decirle la suerte a quien pueden enganchar. Ver gitanas en América - como entidad continental - es muy exótico, por ser ellas tan inamericanas, y asociadas más bien con el continente euro-asiático.



Las gitanas de Tucumán

  De mayor interés todavía resulta verlas precisamente justo después de haber convivido tantos meses con los paraborígenes americanos. Por una parte, las gitanas son igualmente diferentes de la cultura europeizante como los paraborígenes americanos son diferentes de la cultura europeizante; pero, a su vez, hay una tremenda diferencia también entre los paraborígenes americanos y los gitanos en América - entre los gitanos, auténticos Indios, de comprobado origen índico, aunque nadie los llame indios, y los paraborígenes, falsos indios, de muy diversos orígenes, aunque todo el mundo los llame uniformemente indios.

\tc/  Los policías de tráfico de Tucumán parecen una cofradía muy sui géneris. Dan la impresión de tíos caseros benevolentemente arreando una manada de sobrinos mansos. Tienen un físico más sedentario que militar; sus uniformes son bastante desuniformados: uno no tendrá su quepí; otro, tendrá una chaqueta de entrecasa en vez de su chaqueta reglamentaria; y tienen gestos letárgicos para dirigir el tráfico. A veces, más como gestos subrepticios entre compinches que otra cosa; pero tienen el ojo muy abierto: varias veces, los vimos bajar de su garita para empezar a discutir con un automovilista en infracción.

\tc/  La ciudad de Tucumán ostenta con justificado orgullo su parque Nueve de Julio, que ofrece a los Tucumanos más variedad de recreos e intereses que cualquier otro parque urbano o cualquier recinto de cualquier parte que vimos >>>>>>>>