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Esta mañana, otra subida de los 180 escalones toscos hasta el germen de fortaleza, o templo, o lo que hubiese sido, en la cresta, para verlo en una iluminación diferente de ayer.

En este pueblo de Ollantaytambo, en 1980, se reunieron 500 delegados de 30 tribus indígenas, para condenar la civilización importada y pedir el retorno al tipo de vida comunitaria del incario.

Esta resistencia pacífica al mundo corrosivo importado tiene, a veces, erupciones violentas. Por ejemplo, escuchamos que, en 1963, un comando de paraborígenes de aquí atacó y ocupó Puerto Maldonado, sobre el río Madre de Dios, más al este, hacia la selva. Y se retiró, iniciando así años de guerrilla contra los Blancos. Lo curioso es que los paraborígenes estaban provistos de armas alemanas - en 1963.

De vuelta en Cusco/Jrosjo.

Tareas varias, incluyendo una fotografía, por fin, de una parte de la fundación del templo del Sol, oprimida por el ábsida del templo de Santo Domingo, fundación cuya tecnología desafía los siglos y los terremotos, ábsida que tuvo que ser totalmente reconstruida después del terremoto de 1950, según ya anotamos.

En las recientes visitas en Cusco y alrededores, tuvimos problemas inhabituales por lo muy inestable del tiempo. En algunos casos, tuvimos que esperar cinco, diez, quince minutos, que son una eternidad para quien espera y no sabe cuánto va a tener que esperar, para poder tomar una fotografía o dos; y empezar otra vez a esperar para otro par de fotografías. A veces, tuvimos que volver en otro momento, o en otro día - y esperar. Como en este caso de la fundación y del ábsida.

Mañana, será al pueblo de Pisajr, para su mercado dominical y sus ruinas.

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El mercado de Pisajr no es gran cosa. Dos tercios de su superficie están enteramente dedicados a pelar al turista con artesanías que abundan en Cusco mismo y en otras partes, y los turistas hormiguean.



En el mercado de Pisajr: las mujeres

Tres rasgos se puede mencionar: el tocado de las mujeres; la misa, con un nutrido escuadrón de alcaldes debidamente ataviados y munidos de sus bastones de mando - pero cualquiera puede comprar bastones de mando en el mercado, único requisito: tener dinero; y un anuncio, entre muchos, por el altoparlante de la alcaldía: "Siendo Pisajr una ciudad eminentemente turística, se prohibe orinar en las calles".



En el mercado de Pisajr: los hombres