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¯|_ Siempre se repiten las escaleras, angostas, anchas, pequeñas, grandes; y también las hay invertidas diametralmente a su posición que sería habitual, o tumbadas hacia un costado.



Tras-Sajrs: escaleras

¯|_   También hay, aplanadas, alisadas, en la roca, grandes superficies verticales como paredes, provistas de una cornisa y hasta de una cornisa doble.

¯|_ También hay un pequeño y corto pasadizo trans-roca, de corte geométrico elegante y perfecto, como óvalo parado en una de sus puntas, truncada, y provisto en su faz interna de una moldura longitudinal tallada en la roca misma.

Y uno se pregunta ¿por qué, para qué? ¿Por qué, escaleras que empiezan en el vacío y terminan en el vacío; por qué, escaleras invertidas; por qué, escaleras tumbadas; para qué, estas superficies horizontales relativamente pequeñas pero provistas de un zócalo truncado; por qué o para qué, estas formas semicirculares, o en forma de bañadera?

No sabemos, pero es, ya sea debilidad mental o pereza mental, decir que fue todo ello una cantera de donde los Tahuantinsuyenses sacaban sus piedras; nadie va a tallar una piedra en una perfecta geometría, dejando también la geometría igualmente perfecta en la roca-madre - y, en el caso de las formas redondas, ni siquiera habría manera de deslizar la piedra labrada de su negativo en su sitio original.  Muy curioso, muy curioso.

Explicación no tenemos, pero las explicaciones simplísticas de una cantera incaica no satisfacen la lógica.

Además, ¿por qué sería que los Tahuantinsuyenses construyeron, con su cantería inconfundible, y ciertamente superior a los cortes en las rocas, anfiteatros, o por lo menos zócalos en arcos de círculo, alrededor de los peñones misteriosos como para hacer éstos objeto de atención, quizás de respeto especial?

Mirando las cosas sin temores o prejuicios arqueológicos, es ciertamente mucho más fácil aceptar la idea de que los recortes geométricos misteriosos de los peñones son vestigios de origen desconocido pero, por alguna razón, de importancia para los incas a punto de que éstos los realzaron con su propia cantería, que sería aceptar la idea de que los canteros incaicos hubiesen sacado sus piedras de manera tan impráctica e ilógica, de rocas justo en el medio de, o inmediatamente adyacentes a, sus construcciones, y luego, dejado la cantera desprolijamente arruinando el sitio de las construcciones.

Además, ¿será el indiscutible altar dentro de la cavidad de la roca de Jr'enjo el resultado accidental de extracción de piedras? - ¿o necesitaban acaso los incas un altar en una cavidad tan tosca cuando eran tan magníficos arquitectos y artífices?

Bien curioso todo eso, bien misterioso.