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Y la semana que viene, mientras nuestros ojos visitarán el Cusco construido por los Españoles sobre los basamentos y con las riquezas del Cusco incaico, nuestras mentes estarán con los espíritus de los incas que seguramente han de rondar todavía por aquí.

Por lo pronto, gracias al dueño de la cadena de negocios que conocimos tan accidental- y oportunamente en Arequipa, ya tenemos arreglado aquí, en el Cusco, una guardia muy segura para nuestro vehículo durante nuestra visita a Machu Picchu - si es que vamos, porque las fotografías que seguimos viendo de un lado u otro siguen dejándonos sin mucho entusiasmo, ni siquiera mucho interés.

Vamos a pasar la noche en el aeropuerto de Cusco, bajo la protección - y bajo la vigilancia, se entiende - del servicio de seguridad.

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Después de una noche perfectamente tranquila en el aeropuerto, y buena parte del día dedicada a actividades varias, como ser rellenar la pulpería y fotografiar los indígenas paraborígenes en sus mejores atavíos y con sus mejores llamas ofreciéndose en alquiler para ser fotografiados en compañía de turistas - mediante un cierto precio, se entiende - vamos a viajar al pueblo de Chinchero, uno de los varios lugares en la región del Cusco que deseamos visitar. A Chinchero vamos a ir porque mañana es domingo, y, los domingos, hay feria.


En la plaza de Cusco, llamas e indígenas ataviadas

Desde la salida misma del Cusco, la carretera sube sin perder un minuto, ofreciendo una vista aérea de la ciudad, un mar de tejas, y sin solución de continuidad por la estrechez de las calles.

La carretera es buena. Naturalmente - siendo parte del circuito turístico cusqueño.

Hay relámpagos y truenos, que parecen ser lo habitual por aquí, a esta hora, las 16.

Lo prometido se cumple sin demora, con una lluvia torrencial.

Hace un rato, de repente, surgió una visión fenomenal: pisamos una espesa capa de granizo blanqueando totalmente el pavimento.

Desapareció la granizada, sigue la tormenta.

Recién, otra vez rodamos por una buena capa de granizo blanqueando el pavimento. Ya nos damos cuenta: a mayor altitud, granizo; a menor altitud, lluvia.

Presenciamos, de primera fila, la furia de las aguas precipitándose de las >>>>>>>>