>  Hablando de selva, uno de los geoglifos es algún tipo de lagarto que bien podría ser un yacaré, algo por el estilo, indicando otra vez el alcance de contactos con la selva. Dicho lagarto, lamentablemente, ahora también pertenece a la familia de los insectos, cortado que está, incomprensiblemente, por la carretera míticamente panamericana. Y nos enteramos con horror de que nosotros mismos contribuimos a seccionar el pobre caimán en insecto con nuestras ruedas al pasar, sin saberlo, por aquel sitio de la mítica panamericana.

> Hablando de contactos lejanos, entre los geoglifos hay una ballena, indicando así contactos substanciales también con el oeste, con el océano Pacífico.

>  En cuanto a la realización de los geoglifos biomorfos - temática dilecta de los cultores de lo maravilloso, porque, dicen, ¿cómo pudo alguien dibujar estos geoglifos sin abarcarlos con la vista ya que se los puede percibir y apreciar solamente desde el aire? - nos parece que dicha realización no es necesariamente tan misteriosa como se suele insinuarlo. Que la ejecución sea respetable, admirable, en cuanto a meticulosidad de mediciones respectivas, sí, pero misteriosa, no tanto, porque, se nos ocurre, si descubridores geográficos de antaño fueron capaces de transponer rasgos geográficos que no podían abarcar de un solo vistazo, en reducción, en un dibujo en papel, ¿por qué no se podría, a la inversa, transponer un dibujo, un esquicio, en papel, o papiro, o corteza, o cuero - en aumento - en un geoglifo no abarcable de un solo vistazo?

     > Quizás más notable en la ejecución es la perfección
     de las rectas y otras figuras geométricas. 

     Junto con  la recta  de perfecta rectilineidad  sobre
     doce kilómetros  ya mencionada, se debe mencionar una
     figura  con una fantástica depuración sobre casi  dos
     kilómetros de longitud.

     Y más  notable aun se vuelve la perfección cuando uno
     se  entera de que algunas de  las rectas, a más de su
     longitud, o más bien por causa  de su longitud, no se
     limitan tan  cómodamente a terreno llano  sino que, a
     veces, vencen con igual perfección bajadas y subidas.