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Y finalmente, el Dr. Cabrera, en un esfuerzo para cuantificar dicha antigüedad, usó una lógica que no llegamos a entender - y que no llegamos a entender que pueda salir de una cabeza con estudios científicos universitarios. Supuso que las piedras, ya que pertenecen a la era mesozoica, de más de 230 millones de años de antigüedad, podían proceder tan sólo de otra humanidad, de antepasados de hace millones de años, cuya existencia ni siquiera había sido sospechada hasta ahora, una otra humanidad que había sido contemporánea de los dinosaurios. Y, de hecho, se puede apreciar, en varias de las piedras, grabados de humanos con dinosaurios, a veces cazándolos, a veces montándolos; de manera que si nosotros hoy hacemos algo con estas piedras de 230 millones de años atrás, se supondrá que pertenecemos a una otra humanidad de 230 millones de años atrás, contemporánea con los dinosaurios ...

Sea como fuere, sería una lástima no disfrutar de las enseñanzas de los ideogramas según los entiende con convicción el Dr. Cabrera; yendo, como es natural, de lo general a lo particular, del universo a la medicina, y deteniéndose muy especialmente, como es natural para él, en la medicina.

No. Son demasiados, y demasiado enciclopédicos, los libros gliptolíticos en la Biblioteca Glíptica del Dr. Cabrera; con libros, según los inventoria él mismo, de Astronomía, Geología, Botánica, Zoología, y otros. De manera que vamos a pasar directamente a la Medicina.

Y en el renglón Medicina, también rebosa el inventario del Dr. Cabrera de libros gliptolíticos; sobre Genética, Embriología, Obstetricia, Cirugía - incluyendo transplantes de corazón, hígado, estómago, riñón con su correspondiente glándula suprarrenal -, Endocrinología, Fisiología, Anatomía, et caetera.


Una de las Piedras de Ica; ¿operación de corazón?

De manera que nos vamos a concentrar en dos temas de máxima actualidad e importancia para la humanidad de hoy, el rechazo de órganos transplantados por los organismos recipientes, y el flagelo del cáncer.

Los libros gliptolíticos ofrecen las soluciones a ambos problemas en una misma fuente: mujeres embarazadas; mujeres embarazadas en su segundo mes, y en sus dos últimos meses.

En el segundo mes, la sangre de una mujer embarazada, y más precisamente el plasma, contiene una hormona producida por la glándula suprarrenal, que hace que la futura madre no rechace su embrión a pesar de que éste tiene 50/oo de genes extraños procedentes del padre. Y es esta hormona que la civilización gliptolítica, para llamarla de alguna manera, sintetizaba e utilizaba en los transplantes para evitar el rechazo.

En los dos últimos meses, el plasma de una mujer embarazada contiene una hormona producida por la glándula suprarrenal del feto, con la misión de destruir las células embrionarias de la placenta como proceso previo al parto. >>>>>>>>