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densidad, de uso probablemente secular, con sólo escasos grandes espacios o estructuras que los arqueólogos llamarían ceremoniales.

El rasgo que hace este sitio realmente único y que le da un sello de misterio, es la presencia de innumerables pozos mirando al cielo, a veces, en apretadas agrupaciones variando entre 6 y 18 unidades, a veces, aisladamente. Todos los pozos no derrumbados tienen la misma, característica, boca de entrada; sorprendentemente circular, no muy ancha, entre 60 y 80 centímetros de diámetro, y con una terminación sorprendentemente lisa, ciertamente no como un pozo cavado con pala. Todos los pozos no colmados por derrumbes muestran un interior panzudo, mucho más ancho que la boca, y de profundidad que impone ser muy alerta para no caer adentro, ya que, por la profundidad y por la forma general, sería imposible salir sin ayuda de pertrechos desde el exterior.



Los pozos

¿Qué uso tenían esos pozos misteriosos?

Una teoría no arqueológica, especializada en especulaciones esotéricas - que nunca puede estar lejos - les atribuye un origen y un destino todavía inexplicados, pero desde ya inexplicables por medios ortodoxos.

¿Y la arqueología, entonces?

Tuvimos la suerte de encontrar, en la soledad de este gran laberinto de ruinas, unos arqueólogos investigando sus excavaciones. Muy gentilmente pasaron un tiempo con nosotros y nos dieron la versión arqueológica.

Cajamarquilla no sería un centro de viviendas, ni tampoco un centro ceremonial, sino un gran mercado de abasto inter-regional, punto de concentracíon de los mayoristas de muchas regiones, incluso alejadas de Cajamarquilla. La densidad de las construcciones sería la densidad de las tiendas o de los almacenes; que cada mercader se construiría para su propio uso.

Por ello sería que, si bien todo está hecho de adobe, se nota variaciones en el uso del adobe, porque cada comerciante se construiría su edificio a la usanza de su origen; y por ello sería que hay solamente contados espacios abiertos o recintos de gran tamaño, porque ceremonias no era lo que les interesaba, a lo sumo algún lugar de reunión para discutir sus intereses o divergencias comunes.

Ah, muy bien, ¿y los pozos?

Los pozos, de la boca de los arqueólogos, serían como gigantescas ánforas inmuebles ahuecadas para almacenar las mercancías. Parecería que los pozos se excavaban primero con alguna herramienta, y con corte cuadrado, o por lo menos angular, y que se refinaban, luego, con adobe, dándoles la forma circular, más panzuda adentro, más angosta a la entrada, que se ve hoy.