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inaccesibilidad de un espacio apenas suficientemente grande para contenerla. Lo seguro es que los Chavines tuvieron que colocar esta estatua en su lugar mientras construían el edificio, y seguir construyendo alrededor y por encima, luego.

Una teoría es que era un dios que se quería guardar para siempre fuera de vista del público, para mayor efecto y temor. También se especula que, por un orificio que hay directamente encima de la estatua, se bañaba ésta en sangre de víctimas de sacrificios en una cámara superior. Pero esto, como todo lo demás relacionado con este sitio, es pura especulación.

Lo cierto es que la punta superior de esta escultura, que, incidentalmente, se dio en llamar El Lanzón, tiene un grupo de siete cuenquitas, idénticas, en su disposición, a siete cuencas ahuecadas en una lápida grande en la plaza mayor, la que sí parece haber servido para ofrendas. Hay quien vio en estos siete hoyos una réplica de la constelación Orión.  Tal vez.

Pero hay en Chavín de Huantar indicios de conexiones inortodoxas mucho más fascinantes.

Es que, para los intrépidos cultores de contactos transoceánicos entre América y los demás continentes antes de Colón, antes de los Vikingos, antes de Cristo, Chavín resulta ser otro eslabón en la creciente red mundial de indicios, que podrían ser evidencias, insistiendo en que tales contactos transoceánicos, tanto transatlánticos como transpacíficos, precolonenses - y muy precolonenses - realmente ocurrieron.

Un tal indicio, que podría ser evidencia, de tales contactos transpacíficos, estos proponentes lo ven en la similitud de temática y de ejecución de motivos ornamentales entre Chavín y ... China - la China de 700 a.C., de la dinastía Chou. Y el indicio más patente, sobrecogedor, irresistible, se encuentra - no solamente en varios tipos de objetos, como vasijas, ahora en museos, sino también, todavía a la vista de quien visita Chavín, repetido, no sacamos la cuenta cuántas veces, inciso en las lápidas del sócalo de la plaza central - en la representación de felinos totalmente en el estilo de una ilustración china del mismo tema.



¿No cierto?

Y apuntalan su ponencia de conexión transpacífica, haciendo notar que no solamente en Chavín, por alguna implausible excepción, se dan tales similitudes de motivos chinos, sino también en otros sitios peruanos, como el sitio costero de Salinar, esta vez, no de felinos sino, aun más típicamente, de dragones entrelazados, con alas falciformes, en el estilo de la China todavía de la dinastía Chou, pero de 500 a.C.

Un tal indicio, que podría ser una evidencia, de contactos transatlánticos, estos proponentes lo ven en el sistema de conductos de distribución de aire al interior del edificio mayor de Chavín, reminiscente del sistema de mismo propósito en el palacio de ... Knosos en Creta.